El músico cubano Joel Gabriel Reyes, conocido como “Casabe”, es un artista al que le gusta romper con lo establecido. Su obra intenta alejarse de lo comercial y transmitir un mensaje de lo que somos como seres humanos.
Recientemente Casabe estrenó “Nuestro amor está roto”, y a propósito del lanzamiento de este nuevo tema contó a CiberCuba lo que significa para él componer canciones que no sigan patrones preestablecidos por la sociedad y nos hagan reflexionar.
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“Nuestro amor está roto” es una canción que dedica a “los que lucran con la nobleza de los pueblos y los que dicen que hay que hacer y no hacen nada". Su autor asegura que no es resultado de un impulso de moda a raíz de todo lo que ha sucedido en Cuba.
“La canción la compuse en mayo, mucho antes de que pasara todo esto del 11J”, aclara.
No es la primera vez que conversamos porque hace más de un lustro coincidimos en un programa de televisión en Isla de la Juventud, donde yo trabajaba como presentador y él llegaba, con el dúo Buena Fe y Moncada, a estrenar la gira por los 55 años de la UJC.
“Gallo de pelea” fue el tema que Casabe e Israel Rojas compusieron para la institución comunista, y aunque para muchos pudo significar un hándicap, está convencido de que el mensaje real de la canción supera cualquier postura política.
“Volvería a escribir Gallo de pelea, porque sigue siendo mi esencia, no han cambiado mis virtudes. La canción no tiene un sentido político sino humano”, confiesa.
Durante casi dos horas de conversación el artista se muestra como alguien capaz de concebir el mundo desde otra perspectiva. Para él ser un “gallo de pelea” es ante todo una actitud en la vida, es salir a la calle a resolver los problemas todos los días, por eso si mañana se acabara el mundo y tuviera que elegir una de sus canciones, esa sería de las primeras, porque transmite felicidad, energías positivas, deseos de vivir.
“También le daría un abrazo a la primera persona que se encuentre a mi lado y le susurro al oído una canción de amor”, dice, mientras bebe un sorbo de café.
Casabe explica que habla de axiomas universales que persisten y que el mensaje requiere de la mayor seriedad posible.
Asegura que el discurso de “Gallo de pelea” y “Nuestro amor está roto” no son contradictorios, sino que forman parte de una línea de pensamiento en la que el individuo es lo más importante, independientemente de que la primera haya sido utilizada como campaña para una institución política.
“Más que la ideología, impera la conciencia. Saber quién está en función de tu bienestar como ciudadano. Las palabras libertad y democracia en el mundo tienen su historia y los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, lo interpretamos de maneras diferentes, algo que puede llegar a ser funesto para nosotros mismos”, señala.
Reconoce que en la sociedad cubana actual hay muchos miedos y por eso recibió felicitaciones tras lanzar un tema cargado de crítica social, pero muchos de esos reconocimientos llegaron en privado.
“Con esta canción no hablo por nadie, no me arrojo el derecho de expresar lo que siento en nombre del pueblo. Esta canción es simplemente el reflejo de lo que creo, independientemente de quién pueda verse atacado”, señala.
El músico enciende un puro y suelta bocanadas de humo con ese exquisito olor que me recuerda al campo cubano y mientras bebe a sorbos de su taza de café explica que no pretende convertir el tema en una consigna, porque puede perder credibilidad con el paso del tiempo.
“Mi mensaje es abierto y cada cual puede interpretarlo como lo desee. Hago lo que entiendo que hay que hacer”, sentencia.
Joel Gabriel Reyes es graduado de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual, de la Universidad de las Artes, también es pintor, propone una estética musical poco usual dentro de Cuba y se define como revolucionario de conciencia, no por una postura política sino porque propone cambios desde ese universo de creación en el que vive.
“Tengo un compromiso con el pueblo para hacer mi arte lo mejor que pueda, porque nace desde el amor. Hago canciones para la gente, le hablo al corazón y no a la ideología” manifiesta.
Así mismo, Casabe insiste en que no tiene discrepancias con las posturas políticas de otros, porque hacerlo sería fomentar el odio y comprometer la honestidad de las personas.
“Respeto el pensamiento de cada cual y tengo derecho a expresarme como artista y servidor público, por eso esta canción está en contra de cualquier odio”, sentencia.
Me interesa conocer su opinión sobre el destino de Cuba y hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos de todos, con tal de construir el país que nos merecemos. Casabe considera importante que cada cual diga sin miedo lo que piensa.
“Es importante mirarnos a los ojos y decir nuestras verdades, respetando el derecho de todos a expresarse libremente. Cuando dices lo que piensas y eres honesto, comienzas a fomentar la unión de lo que somos como país”, añade.
Considera que Cuba necesita de gente alejada de políticas divisorias y excluyentes.
“Me gustaría vivir en un país inclusivo, transparente, donde se escuche al que tiene otro punto de vista, que se equilibre la economía, donde la política juegue el papel de balanza que se necesita”, dice con claridad.
Así mismo, apuesta por el civismo y el respeto a los derechos de todos, convencido de que el cambio de Cuba comienza en cada uno de nosotros.
Por eso su canción va en contra de aquello que hace daño a la isla y en su dedicatoria, explica, cabe mucha gente, independientemente del lado en el que se encuentren.
Desde su estreno en YouTube, “Nuestro amor está roto” ha recibido más de 20,000 reproducciones y su autor no esconde la emoción al leer mensajes de personas que dicen sentirse motivadas por la canción.
Por último conversamos de un tema más reciente: las protestas del 11J en más de 60 localidades de Cuba.
“Me afectó profundamente porque fue un momento traumático. Por primera vez se mostró al mundo la postura de quienes ostentan el poder y creo que el gobierno debe escuchar al pueblo”, dice.
Casabe reconoce que el 11J también le permitió identificar a los oportunistas y los sinceros, un ejercicio cívico que pudieron hacer otros cubanos.
“Nuestro amor está roto”, producido en el estudio de grabación independiente “La Cueva del Chamán”, utiliza imágenes del corto de ficción “Sinsonte”, estrenado en 2014 y que fue dirigido también por Joel Gabriel Reyes.
Las imágenes de un niño y un anciano recorriendo La Habana como símbolo de dos generaciones que ven pasar el tiempo y dejan atrás sus sueños para enfrentarse a una realidad que a veces no es agradable, completan el círculo de creación de una obra que podrá ser incómoda para muchos dentro de la isla, pero que expresa lo que siente su autor, un joven cubano comprometido con el amor al otro y dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos porque nacen desde la libertad.
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