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Desde el Hospital provincial Saturnino Lora, en Santiago de Cuba, la ciudadana cubana Grechent Alfonso denunció en su perfil personal de Facebook que su abuelo estuvo esperando con falta de aire casi cuatro horas antes de recibir la atención médica necesaria.
Alfonso precisó que a su abuelo, Raúl Torres Viamonte, de 70 años, lo habían remitido sobre las 11:00 de la mañana con urgencia desde el municipio Palma Soriano hacia el hospital provincial, debido a sus síntomas, asociados al coronavirus, pero que no fue hasta pasadas las 3:30 de la tarde que le atendieron.
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"Hay una sola doctora atendiendo para unas cuantas personas", explicó en su post, en el cual compartió una imagen de la sala de espera del cuerpo de guardia con casi todos los asientos ocupados, sin respeto al distanciamiento.
Grechent Alfonso declaró a Cibercuba que finalmente, en la noche de ayer, a su abuelo le diagnosticaron una bronconeumonía bacteriana y que le dejarían hospitalizado para someterlo a tratamiento con rocefin en vena cada 12 horas.
Además, indicó que le hicieron un test de PCR para definir si tenía COVID-19 y resultó negativo.
En el último año las denuncias en redes sociales sobre la saturación de los hospitales cubanos son cada vez mayores. Ello, unido a la escasez de insumos médicos, recursos tecnológicos, medicamentos y profesionales de la salud, en un contexto de pandemia, ha conllevado a la agudización de una crisis sanitaria que venía anunciándose desde años atrás.
Uno de los reclamos de las protestas antigubernamentales del 11 de julio fue precisamente el de medicamentos. A los tres días, el gobierno cubano autorizó la importación sin límites ni aranceles de alimentos, medicinas y productos de aseo. No obstante, con esta medida no ha sido suficiente para resolver una crisis que no es solo sanitaria sino también política y económica.
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