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"El artista tiene no solo el derecho a disentir con el poder, con el statu quo, sino el deber de hacerlo", afirmó este jueves en su página en Facebook la artista visual cubana y defensora de Derechos Humanos Tania Bruguera, quien es también miembro de la Facultad de la Universidad de Harvard.
Bruguera exigió libertad para Maykel Castillo (Maykel Osorbo), encarcelado desde el pasado 18 de mayo, así como para "todos los artistas que se encuentran detenidos y asediados por pensar diferente" y para los presos políticos en general.
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En los últimos dos años, la represión de periodistas independientes, activistas y artistas en Cuba, por agentes de la Seguridad del Estado y en complicidad con el sistema judicial, ha escalado a niveles insólitos. La activación del servicio de satos móviles, en dieciembre de 2018, ha permitido a la ciudadanía alzar su voz con mayor facilidad contra las injusticias cotidianas y organizarse en torno a distintas causas. Sin embargo, esta apertura ha estado acompañada de un incremento del acoso, la violencia y los mecanismos de censura.
Antes de ser encarcelado el 18 de mayo, Maykel Castillo, quien en estos momentos cuenta con dos nominaciones a los premios Grammy Latino, por Patria y Vida, junto con sus otros compositores e intérpretes, fue sistemáticamente sometido a detenciones arbitrarias, agresiones, cercos policiales, interrupciones de sus servicios digitales, solo por expresarse libremente y oponerse al régimen cubano.
También la misma Bruguera, quien en estos momentos se encuentra fuera de la isla, ha sido durante años víctima de prácticas represivas por parte de la Seguridad del Estado, debido principalmente al tipo de arte contestatario y desafiante que ha realizado y a su incesante defensa de las libertades artística y de expresión. No obstante, tras participar en las protestas del 27 de noviembre, los ataques en su contra desde el oficialismo se multiplicaron y enfrentó arrestos, interrogatorios, campañas difamatorias y prolongados cercos policiales en su vivienda que limitaban su movilidad.
Asimismo, después de las protestas antigubernamentales del 11 de julio, las autoridades cubanas aprovecharon para encerrar a otras figuras que le resultaban incómodas, en especial, a tres de los principales líderes disidentes del país: el artista Luis Manuel Otero, del Movimiento San Isidro; José Daniel Ferrer, de la Unión Patriótica de Cuba; y Féliz Navarro, del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel.
Mientras, mantiene en arresto domiciliario en sus viviendas a la artista visual Camila Lobón y a la curadora Carolina Barrero, aunque difícilmente quede una persona que consideren de interés sin vigilancia permanente.
De acuerdo con los registros de activistas y Cubalex, a raíz del 11 de julio más de 1000 personas fueron detenidas y, en algunos casos, desaparecidas durante varios días. De ellas, más de 500 continúan privadas de libertad en disímiles prisiones del territorio nacional. Sin embargo, antes de ese domingo histórico, en Cuba se estimaba que había unos 150 prisioneros políticos.
Uno de los propósitos de la marcha que se ha convocado para el próximo 20 de noviembre, principalmente desde la plataforma virtual Archipiélago y en alianza con el Consejo para la Transición Democrática en Cuba, es exigir la liberación de todos los presos políticos en Cuba, además de respeto a los derechos humanos y la oportunidad de desarrollar cambios por vías democráticas.
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