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Amenazas de guerra para un llamado a la paz: La respuesta del poder en Cuba a la marcha de noviembre

Es una demostración de fuerza a lo Praga, con pólvora y tanques incluidos, por parte de mentes enajenadas de la realidad que aún viven en 1968 y no acaban de aterrizar en el siglo XXI.


Este artículo es de hace 2 años

En respuesta a una marcha por la no violencia, el ejército de Cuba amenaza con mostrar su arsenal armamentístico. Así reacciona el poder ante el empuje de la sociedad cubana por la conquista de sus derechos de manifestarse pacíficamente y de ejercer su libertad de expresión y reunión.

Pocas veces en la historia un llamado a la paz ha sido respondido con amenazas de guerra.

Es una demostración de fuerza a lo Praga, con pólvora y tanques incluidos, por parte de mentes enajenadas de la realidad que aún viven en 1968 y no acaban de aterrizar en el siglo XXI. Todo, en contra de una parte del pueblo que ha manifestado su intención de marchar el 20 de noviembre por el cese de la violencia en Cuba y por la liberación de más de quinientos presos políticos.

Pudiera pensarse que el día 20 de noviembre es el día nacional de la defensa, al menos así se dio a entender este jueves en el noticiero nacional de televisión, pero lo será únicamente por este año.

El día de la defensa se instauró en saludo al desembarco del yate Granma ocurrido el 2 de diciembre de 1956. No obstante, en 2009 y 2015 se desarrolló el 29 de noviembre, y en 2018 se realizó el 8 de diciembre. Como ha quedado demostrado, la efeméride puede celebrarse también el 20N, especialmente, si alguien convoca a una marcha popular independiente del control del Estado.

Mas allá de si el parque armamentístico está o no desvencijado, si por fin los 50 millones de préstamo ruso para renovarlo llego o no a un final feliz, lo cierto es que ante un pueblo desarmado que solo pretende ejercer un derecho jamás reconocido, la movilización militar es, cuanto menos, un golpe bajo, Un acto de cobardía.

Podría decirse que supera, incluso, el llamado al combate de Diaz Canel tras las protestas del 11 de julio. Ese día, Canel ordenó a los “revolucionarios” a enfrentar al pueblo en las calles, y aunque todos los cubanos sabemos que en realidad la orden fue para desplegar las fuerzas represivas, ahora se ha moviliza directamente a los dueños de las armas en la isla.

En un artículo de opinión, mi colega Carlos Cabrera se preguntaba "¿cuánto costará a los empobrecidos cubanos la desproporcionada e inútil demostración de fuerza de los días 18, 19 y 20 de noviembre...", y "¿cuántos enfermos podrían atenderse con el dinero que botarán las tropas" en este ejercicio al que llaman Moncada”?

Y me pregunto yo, ¿cuántas vidas se habrían podido cuidar y salvar en esos 40 años de ademanes belicistas en Cuba?

Ante la respuesta violenta a un llamado de paz, los promotores de la manifestación han decidido adelantar la marcha nacional por la no violencia para el día 15 de noviembre, fecha que da inicio a la apertura de fronteras cubanas tras la crisis por el coronavirus.

El poder en la isla apuesta a intimidación, una vez más, partiendo del presupuesto errado de que el pueblo, en pleno, le teme. No ha captado las señales lanzadas en estampida el 11J, la determinación de madres que exigen la libertad de sus hijos, el clamor de un pueblo que ya vio de que va libertad y no está dispuesto a negociarla a cambio de nada.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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