El joven cubano Karel Aguilar Rueda, manifestante del 11J en el poblado holguinero de Gibara, fue condenado este jueves a 10 meses de cárcel con correccional e internamiento por los presuntos delitos de desorden público y desacato, confirmó a CiberCuba su madre Anisleydis Rueda Almenares.
"Acaban de sentenciarlo a 10 meses con correccional e internamiento... Una gran injusticia", declaró Rueda Almenares desde Austria, dode reside por más de 20 años.
La mujer dijo que su hijo tiene ahora tres días hábiles para apelar la sentencia.
"No nos vamos a rendir, vamos con la apelación, dijo Rueda Almenares.
De acuerdo con una crónica de su caso, a partir de un testimonio del propio Aguilar Rueda, publicada por el medio independiente Periodismo de Barrio, el 13 de julio él decidió salir a la calle porque, primero, en la mañana la policía había arrestado a un primo hermano suyo que era parte de un grupo de unas 13 personas que habían acordado manifestarse en las calles el 12 de julio, aunque al final no lo lograron por una delación, y segundo, porque tuvo una discusión con una vecina sobre el estallido social del domingo.
“Esa conversación me enfureció. No pude seguir riñendo y fui para mi casa. Me senté a pensar en irme al parque del pueblo y manifestarme. Fueron veinte minutos analizando las consecuencias que podrían traer mis acciones. También pensaba en las causas por las que habíamos llegado a ese punto. No sé cuál de todas las emociones fue la chispa. Creo que fue la rabia”, contó a Periodismo de Barrio.
Así fue como decidió realizar él la protesta, absolutamente solo, en un parque del pueblo. Primero se sentó en un banco unos minutos, a su alrededor solo había personas conectadas a la red wifi, y luego se convenció de que debía expresarse, mientras pensaba en que amaba a su patria, su bandera, a los cubanos, y que no quisiera irse de Cuba si el país fuera habitable.
Karel Aguilar se había marchado de Cuba junto a su madre cuando tenía siete años, pero a los 11 regresó de visita para ver a su padre y decidió quedarse a vivir con él. Meses antes de las protestas de julio, comenzó una especie de activismo en Internet. Además, en el portal de su casa puso el tema Patria y Vida, lo filmó y lo compartió en sus redes sociales. La reacción de las autoridades no se hizo esperar.
Esas protestas virtuales le costaron al joven un interrogatorio y una amenaza de prohibición de salida de Cuba para él y otra amenaza de prohibición de entrada a Cuba para su madre.
“Me dijeron: ‘Esta es una prohibición de salida del país para ti, el otro es una prohibición de entrada para tu madre. Si sigues haciendo publicaciones contrarias al sistema en las redes sociales vamos a legalizar estos papeles”, contó a Periodismo de Barrio. Y después de eso permaneció en silencio, hasta que ocurrieron las protestas antigubernamentales.
En los videos que han circulado de su manifestación en Gibara se le puede ver caminando y gritando por el parque, mientras seguidores del régimen lo confrontan con consignas oficialistas y banderas cubanas y del Movimiento 26 de julio.
“Las personas del parque se acercaron para decirme que me calmara y me fuera a mi casa. Pero en ese momento yo estaba ciego. ‘¡Patria y Vida! ¡Libertad para el pueblo!’, eso era lo único que salía de mi garganta. Hubo un momento en que alguien gritó: ‘¡Viva Díaz-Canel!’, a lo que yo respondí: ‘Un presidente que echa a fajar a los cubanos contra los propios cubanos, ¿qué tipo de líder es ese?’.” Relató al medio independiente.
En las imágenes de ese día también se puede ver el momento de su detención por parte de hombres vestidos de civil. Al principio no lograban someterlo, pues el joven se escabullía, gracias a que es deportista y cuenta con entrenamiento en artes marciales mixtas y defensa personal, pero el primo suyo que había sido detenido ese mañana apareció en la escena y, al parecer, consiguió calmarle.
“El policía que me había detenido y un mayor del MININT (Ministerio del Interior) trataron de aguantarme y proyectarme. Trataron de hacerme varias llaves pero no pudieron”, afirmó el joven. Pero luego le hicieron "un nudo en el suelo", se tranquilizó y "fui voluntariamente hasta el carro".
Ese día permaneció esposado en una silla desde las 5:30 p.m. hasta las 11:30 p.m. A esa hora le tomaron la declaración y le encerraron en un calabozo.
Karel Aguilar permaneció 15 días privado de libertad en una celda de tres metros de largo por dos de ancho, en la cual había dos literas de cemento y, en una esquina, un hueco en el suelo para hacer las necesidades. En ese período pasó por tres interrogatorios y pudo recibir tres visitas de su padre. Y el 28 de julio fue excarcelado. “Físicamente no me tocaron, pero psicológicamente me dañaron mucho”, precisó Aguilar.
La noticia de su condena se dio a conocer ayer. De esa forma, ha pasado a la estadística de personas encarceladas por motivos asociados al 11 de julio, que según los registros de activistas y expertas de la organización independiente Cubalex, ya asciende a 572, de un total de 1130 detenciones realizadas.
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