El sacerdote Alberto Reyes arremetió contra la posibilidad de que cubanos partidarios del gobierno ejerzan violencia contra otros compatriotas en manifestaciones contra el régimen, e instó a quienes son utilizados para esos fines a negarse hacerlo, a pesar del miedo que genera tal decisión.
En un extenso y contundente texto que tituló “Brigadas de Violencia Rápida”, Reyes analizó en Facebook cómo el régimen cubano retorna en estos tiempos a las “Brigadas de Respuesta Rápida”, que calificó de “idea diabólica”, de "límite que nunca debió ser cruzado y que no debe ser cruzado por ninguna sociedad: enfrentar a hermanos contra hermanos, atacar a tus vecinos, a los tuyos, a tu propio pueblo”.
El sacerdote advirtió, además, que quienes convocan a la violencia nunca son los que la acaban llevando a cabo, a los que calificó de “tontos útiles”.
“¿Quiénes están haciendo el ‘trabajo sucio’? Los mandos intermedios, personas encargadas de prepararlo todo pero que tal vez tampoco entrarán en acción: convocarán, mandarán a otros, empujarán, vigilarán desde las esquinas, pero tal vez se cuidarán muy bien de no salir nunca en una foto golpeando a otro junto a un cartel que diga: ‘¡Represor!’”, acotó.
“Al final, ¿quién tomará el bate y expondrá su rostro?, ¿quién levantará el puño contra el hermano?, ¿quién venderá su alma al diablo hundiéndose en el mal irreflexivo?, ¿quién saldrá en una foto en Facebook con una nota que diga nombre, dirección y el calificativo de ‘represor’?”, cuestionó.
“Los de abajo, la masa desechable, los tontos útiles, los prescindibles, aquellos por los cuales, si se vira la tortilla, nadie moverá un dedo para defenderlos. O tal vez, personas que no quieren hacerlo, pero que sienten un miedo atroz a plantarse y a decir: ‘¡no lo voy a hacer!’, o personas que de tan comprometidas con el ‘sistema’ se debaten en lo que la psicología llama ‘conflicto de lealtades’”, añadió Reyes, habitualmente muy crítico con el régimen.
El sacerdote cubano dijo entender los miedos, los conflictos de lealtades, la presión ejercida desde posiciones de poder, pero dijo creer en la libertad intrínseca del ser humano, en la capacidad humana de elegir la luz, en la fuerza del bien que permite tirar el bate a tierra y decir: “¡no lo voy a hacer!”.
“Y el momento para tomar esa decisión es ahora, no delante de un pueblo gritando ‘¡libertad!’. Porque cuando se está delante de un pueblo que se ha levantado para reclamar sus derechos, los miedos se despiertan, y las alarmas se disparan, alimentadas por el instinto innato de la propia supervivencia. Y cuando esto llega, el alma viene absorbida por el túnel oscuro de la violencia”, añadió.
“Todo en la vida tiene un precio. Ser libre, tiene un precio, y ser esclavo también. Servir al poder y hacer el ‘trabajo sucio’ tiene un precio, como lo tiene plantarse y no dejar a otros que te usen para agredir. Salir a golpear a tus hermanos, tiene un precio; decir ‘no’ o, al menos, quedarte en casa, también lo tiene”, advirtió el cura, que subrayó que todo el mundo tendrá que pagar por lo que elija.
“Este es el momento, el hoy, el ahora, el presente todavía sereno es el momento de reconocer que tu opción política, sea la que sea, es válida y tienes derecho a defenderla, pero lo que no es válido, lo que es inadmisible, lo que no es un derecho, es que para defender tus opciones elijas la violencia y levantes el puño armado contra tu hermano”, concluyó.
El pasado fin de semana circularon en redes sociales de medios oficialistas y de partidarios del gobierno imágenes de cubanos armados con palos y cabillas en la provincia de Matanzas, en el marco del "Día Territorial de la Defensa", para hacer frente a potenciales manifestaciones o marchas contra el gobierno.
Las celebraciones matanceras fueron el pretexto para advertir lo que podría pasar de cara a la manifestación pacífica del 15 de noviembre, convocada por Archipiélago, plataforma de la sociedad civil cubana encabezada por el actor y dramaturgo Yunior García Aguilera.
Medios oficialistas hablaron de supuestos "ejercicios prácticos para la preparación de la población y las entidades ante cualquier pretensión de los enemigos de la Revolución". El despliegue incluyó entrega de porras en las localidades de Cárdenas, Calimete, Jovellanos, y otras. Al frente, militares y oficiales de la reserva.
En redes sociales, numerosos comentaristas criticaron el llamado oficialista al enfrentamiento por medios violentos.
El Gobierno cubano se ha empleado a fondo durante las últimas dos semanas para amenazar a los firmantes de las diversas convocatorias provinciales del 15N y para subrayar el carácter presuntamente "ilícito" de la manifestación.
El grupo Archipiélago denunció a través de un comunicado el acoso de las autoridades cubanas contra la ciudadanía y exigió el cese de la persecución por razones políticas.
La plataforma también ha propuesto una serie de medidas de seguridad para los manifestantes, con el deseo de promover el desarrollo pacífico de la Marcha y evitar provocaciones y violencia por parte de las fuerzas represivas.
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