La cubana Marilis Pérez Ramírez, residente en Moa, Holguín, pidió una silla de ruedas para su hijo, inválido y con retraso mental, y en menos de 24 horas recibió respuesta de dos personas que hicieron la donación.
"Solo quiero decir que gracias a dos personas muy generosas que compraron la silla de rueda para mi hijo. Les estoy muy agradecida y a las tantas personas que tuvieron interés en ayudarme", declaró Pérez Ramírez a CiberCuba.
El hijo de esta mujer cubana nació sin la pierna derecha y con retraso mental, además con 30 años de edad tiene diabetes y obesidad, lo que hace más complejo el caso.
Pérez Ramírez describió en un grupo de Facebook su situación y agregó que desde hacía tiempo necesitaba de la silla de ruedas y a pesar de diferentes gestiones fue imposible adquirir una.
"En estos momentos mi hijo está en el hospital por problemas de salud y estoy muy necesitada para su traslado", se quejó la madre cubana.
No pasaron ni 24 horas y en esa misma plataforma digital encontró respuesta, y aunque no se conoce el nombre de las personas que contribuyeron con la donación, sí se puede constatar el agradecimiento de la madre cubana por la acción caritativa.
"Que Dios siga bendiciendo a esos corazones que se conmovieron con mi situación, está demostrado que existen personas amorosas atentas al dolor ajeno para ver cómo hacerle llegar la felicidad a los dolidos, gracias, no tengo palabras para demostrar todo el agradecimiento recibido", agregó.
En medio de la crisis que vive el país y a pesar de las carencias, las ayudas entre cubanos se mantienen como una muestra del humanismo que presentan algunos ciudadanos.
En Santiago de Cuba un joven barbero se dedica a pelar y afeitar gratuitamente a personas sin recursos que se encuentra en la calle, algunos de ellos mendigos y pobres, a los que no les alcanza la chequera.
El humorista Limay Blanco tiene un proyecto, Cristo Salva Vidas, en el que ofrecen medicamentos, equipos electrodomésticos y hasta viviendas a personas en situación de vulnerabilidad.
Una mujer de Pinar del Río, que tiene una parálisis en sus piernas, pidió una silla de ruedas y al poco tiempo el humorista le hizo llegar el medio de transporte.
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