Tres congresistas cubanoamericanos de Miami enviaron una carta al arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico de la Santa Sede en Estados Unidos, para comunicarles su “decepción” respecto de la posición del Papa Francisco ante la represión en Cuba.
Firmada por María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez, la misiva hace referencia a los informes de que la policía del Vaticano se apoderó por la fuerza de las banderas cubanas de los fieles cubanos en la Plaza de San Pedro, mientras permitieron banderas de muchas otras nacionalidades”.
La carta se presenta apenas días después de que a un grupo de manifestantes se les impidiera el acceso a dicha plaza, en la Ciudad del Vaticano, el domingo 24 de octubre, cuando pretendían visibilizar la crisis política en Cuba durante el Ángelus.
“Escribimos para expresar nuestra profunda decepción porque el Santo Padre no ha condenado los atroces abusos del régimen al pueblo cubano, ni expresado su solidaridad con sus demandas de libertad”, señala el documento.
“El pueblo cubano salió a las calles el 11 de julio de 2021 para protestar contra la brutal opresión y exigir democracia y derechos humanos básicos, incluido el derecho al libre ejercicio de la religión. Desde ese día, numerosos manifestantes permanecen encarcelados, por atreverse a denunciar la brutal dictadura, en condiciones inhumanas, a menudo incomunicados”, expone.
La carta recuerda el caso del sacerdote de Camagüey, Castor José Álvarez Devesa, quien fuera golpeado por la seguridad del Estado cuando intervino para defender de una golpiza a un manifestante de 14 años durante las protestas.
A juicio de los congresistas, “el pueblo cubano se ha sentido decepcionado por el fracaso de los líderes de la Iglesia Católica en apoyarlos contra la opresión, el abuso y la tiranía”. Asimismo, citan declaraciones del exprisionero político Eduardo Cardet, del Movimiento Cristiano de Liberación.
“La respuesta del Vaticano a la realidad del pueblo cubano ha sido débil. Ha sido una respuesta evasiva, distante y fría. No ha habido un apoyo claro [del Vaticano] para las demandas legítimas que hemos estado haciendo durante tanto tiempo que hemos sufrido dificultades y falta de derechos. Nunca ha habido una condena de estas violaciones de derechos humanos. En cambio, se los ve con aprobación y, a veces, incluso con cierta complicidad”, dice Cardet.
“Nos bastaba que el Papa dijera una palabra de aliento para nuestro pueblo”, expresó recientemente sobre los propósitos de la concentración en el Vaticano, una cubana que fue parte de la misma. “Para mí, perdió una gran oportunidad de estar cerca del pueblo cubano, cerrándonos las puertas del Vaticano en la cara”, afirmó.
Los cubanos habían viajado en buses hasta Roma desde varias ciudades de la península itálica y desde otros países, incluyendo una representación la comunidad cubana en Estados Unidos, entre ellos, el influencer Alexander Otaola.
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