El pitcheo de Atlanta mantuvo en un puño a la poderosa artillería de Houston al propinarle una lechada de dos hits en desafío que concluyó la medianoche viernes con marcador de dos carreras a cero, para de esa manera colocar a la franquicia de los Bravos en ventaja de 2-1 en la actual Serie Mundial.
Los Bravos le sacaron partido a su estreno en el Truist Park gracias a un hermético pitcheo combinado que logró sacar 21 outs consecutivos sin soportar indiscutible, al tiempo que su bateo hacía el trabajo en el tercer capítulo con doblete de Austin Riley que encontró a Eddie Rosario en la intermedia.
De marcar la puntilla se encargó Travis d'Arnaud en el octavo episodio con un bambinazo por el centro del terreno.
La apertura de los locales consistió en una nueva joyita monticular de Ian Anderson, a quien relevaron AJ Minter, Luke Jackson, Tyler Matzek y Will Smith. Por cierto, los cinco innings sin mácula de Anderson lo convirtieron en el segundo pitcher de la historia que logra esa hazaña en una Serie Mundial, tras el inolvidable juego perfecto de Don Larsen en 1956 a costa de los Dodgers de Brooklyn.
Por el otro bando trabajaron Luis García (a la postre perdedor) y otros cinco elementos que admitieron seis hits, regalaron cinco bases y recetaron una decena de ponches.
En el choque intervinieron nuevamente los cinco cubanos que arribaron a esta instancia. A saber, Jorge Soler (Bravos) se fue de 2-0 con par de boletos, su coequipero Guillermo Heredia solo intervino a la defensa y sacó el último out del encuentro, en tanto por los Astros Yordan Álvarez estuvo de 3-0 con pasaporte gratis, Yulieski Gurriel falló tres chances y Aledmys Díaz rubricó de emergente el imparable que rompió el no-hitter con un fly que se alió con la tibieza defensiva de Rosario en el jardín izquierdo.
La Serie al mejor de siete duelos continuará mañana en el mismo escenario.
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