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La Academia Nacional de Medicina de Venezuela pidió en Carta Pública al Ministerio venezolano de Salud que reconsidere la decisión de iniciar vacunación a niños de entre 2 y 11 años "con formulaciones que deberían mostrar certificación de estudios de fase 3 y aval para uso de emergencia de la OPS y la OMS".
La Academia dijo apoyar la decisión del Ejecutivo venezolano de usar la vacuna china Sinopharm en los menores pero calificó de "candidatos a vacunas" a los inmunógenos cubanos Abdala y Soberana 2.
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"Nuevamente hacemos un EXHORTO al Ejecutivo Nacional para que reconsidere esta decisión de administrarlos a los niños y niñas de 2 a 11 años, y menos aún sin informar a los padres y representantes que NO SE TRATAN de vacunas y que de hacerlo sería en el cumplimiento de una fase experimental, para lo cual deberían firmar un consentimiento informado, autorizando tal medida", asegura la carta.
Academias médicas y científicas venezolanas, así como gremios de pediatría, han expresado su preocupación por el uso de las vacunas cubanas indicando que se desconoce información sobre su seguridad y eficacia publicada en revistas científicas y su calidad haya sido verificada en pruebas clínicas independientes o hayan sido aprobadas por la Organización Mundial de la Salud.
La mayoría de las vacunas utilizadas en Venezuela han sido la rusa Sputnik V y la Sinopharm fabricada en China, tanto como Sinovac, que ha arribado a través del mecanismo COVAX. En junio, el gobierno venezolano autorizó un primer ensayo con la vacuna Abdala en una zona de Caracas y desde septiembre han llegado algunos lotes desde Cuba, sin detalles.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, dijo este lunes que se había iniciado la inoculación de niños de 2 a 11 años contra el COVID-19 con la vacuna producida por Cuba Soberana 2, lo que ya había generado críticas de varios gremios médicos.
Cuba, estrecho aliado del gobierno del presidente Nicolás Maduro, dice que sus vacunas Abdala, Soberana-2 y Soberana Plus tienen una eficacia superior al 90% y los resultados iniciales son similares a los de otras vacunas superiores que reducen significativamente la transmisión, la enfermedad grave y la muerte, aunque los críticos se han quejado de que esos resultados aún no han sido revisados por pares.
En julio, el CEDMEC cubano aprobó el uso de emergencia de su vacuna Abdala contra el coronavirus. Sin embargo, a finales de septiembre la Academia Nacional de Medicina de Venezuela mostró su preocupación por el uso en el país de esa vacuna.
La Sociedad Venezolana de Infectología también rechaza el uso de vacunas cubanas sin el aval científico correspondiente.
Desde un colegio en el oeste de Caracas para niños con discapacidad como retardo leve y moderado, o problemas motores, entre otros, Rodríguez dijo que el operativo de vacunación en todo el país comenzó "con niños que tienen comprometido su sistema inmunológico (...) niños con alguna enfermedad".
La población venezolana en esas edades de 2 a 11 años son aproximadamente 3,5 millones, dijo el ministro de Salud, Carlos Alvarado, que acompañaba a la vicepresidenta en el colegio.
A mediados de octubre, junto con el inicio de clases presenciales, empezó la inoculación a los mayores de 12 años.
El gobierno de Maduro asegura que 70% de la población, de unos 28 millones de personas, ha sido vacunada y que espera que para fines de año sea el 90%. La Organización Panamericana para la Salud (OPS), en cambio, dice que en Venezuela han sido inoculados 32% de los habitantes.
El país sudamericano ha reportado un acumulado de 413,135 contagios y 4,965 fallecidos.
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