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El exprisionero político Ángel Juan Moya Acosta y su esposa, Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, ofrecieron detalles en una entrevista publicada el viernes sobre la detención que ambos sufrieron en La Habana el 15 de noviembre, cuando salieron a apoyar la marcha pacífica convocada por la plataforma Archipiélago.
Soler explicó que desde el día 13 estaba reforzada la presencia policial en los alrededores de la sede nacional de las Damas de Blanco en la capital cubana. “Estaban vestidos de civil y también con uniforme”, denunció en entrevista con el medio independiente CubaNet.
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Según la líder opositora, el día 15, alrededor de las 12 menos cinco minutos del mediodía, ella y su esposo salieron de su vivienda, cuando los agentes de la Seguridad del Estado cubano y la policía que estaban apostados en los alrededores, los detuvieron para impedir que marcharan.
“Salimos de la sede voceando frases contra el régimen comunista de Cuba”, recordó Moya, quien aseguró que pronto los condujeron a ambos hasta coches patrullas. Soler contó que la llevaron a la unidad policial del Cotorro y le registraron la mochila que traía consigo.
“Allí me hicieron el registro de todo lo que yo llevaba en una mochila, muy llena, ya yo iba lista…preparada con todo, porque si me iban a dejar y a procesar, por lo menos (por) dos meses no iba a estar sin nada (en prisión)”, dijo.
Moya recalcó que no lo afectaba la partida de Yunior García de Cuba, aunque reconoció que su salida del país traería repercusiones.
“Yo no sigo personas, yo sigo ideas”, dijo por su lado, Berta Soler. “Y lo principal es que hay personas dispuestas a salir a la calle en Cuba a exigirle al régimen la libertad de todos los presos políticos, el cese de la represión y un cambio hacia la democracia”, dijo.
“No pensé que se iba a ir. No pensábamos que estuviera fuera de Cuba, pero lo más importante es que la lucha continúa y los que nos mantenemos dentro y queremos un país libre, tenemos que seguir adelante”, afirmó.
Soler fue encerrada en uno de los calabozos de la unidad de policía, donde permaneció hasta cerca de las 9 de la noche del propio día 15. Sin embargo, no fue liberada hasta las 12 de la madrugada.
Su esposo fue trasladado hacia la unidad de la policía de Cojímar, donde lo encerraron en una de las celdas. También fue liberado sobre las 12 de la madrugada de esa fecha.
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