El pintor y escultor cubano Alberto Lescay Merencio, originario de Santiago de Cuba, fue reconocido este martes con el Premio Nacional de Artes Plásticas, que otorga cada año el Consejo Nacional de las Artes Plásticas a artistas cubanos vivos y residentes en el país con una trayectoria notable.
Lescay, nacido en 1950, es autor de varias de las esculturas de hierro, bronce o acero más icónicas que adornan el panorama urbano nacional. Entre las más concidas se encuentran la Figura Ecuestre de Antonio Maceo (1991), el destacado General cubano de las guerras por la independencia del siglo XIX, en la Plaza de la Revolución de Santiago de Cuba; el Monumento al Cimarrón (1997), en El Cobre; la estatua Ché, a sus amigos del mundo, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en La Habana; el Monumento a Rosa La Bayamesa (2000), en el Parque Rosa La Bayamesa, en Bayamo; el Monumento a Wifredo Lam (2009), en La Habana; entre otras.
En su trayectoria, cuenta también con más de 30 exposiciones personales, en Cuba y en países como México, Alemania y Estados Unidos. La primera registrada en su página oficial fue en el año 1979 y, la última, en 2020. En ellas se combinan dibujos, pinturas, instalaciones y esculturas, lo cual pone de manifiesto su versatilidad.
Alberto Lescay se graduó de Pintura en 1968, en la Escuela Taller de Artes Plásticas “José Joaquín Tejada”, en Santiago de Cuba; de Escultura en 1973, en la Escuela Nacional de Arte “Cubanacán”, en La Habana; y de Maestro en Arte en 1979, en la Academia de Escultura, Arquitectura, Pintura y Gráfica “Repin”, de San Petersburgo, Rusia.
Actualmente, el artista santiaguero es integrante de la Asociación Internacional de Plásticos, del Programa Mundial de la Ruta del Hierro de la UNESCO y del Instituto Latinoamericano del Fierro y el Acero y su Fundación Villacero, México. Además, es Miembro Emérito de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
El Estado cubano y sus organizaciones le ha otorgado a lo largo de su carrera otros múltiples reconocimientos, como la Réplica del Machete de Máximo Gómez, la Medalla Raúl Gómez García, la Orden Lázaro Peña de Primer Grado o el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
"Cada una de sus composiciones es un viaje a la semilla, con todos los enigmas que ello implica. Entender lo que somos exige objetividad y fe. La primera permite dilucidar nuestra historia, la segunda irradia luz sobre nuestros misterios-esencias", dice sobre su creación el catálogo de Makuto, su más reciente exposición.
Desde su fundación en 1994, han sido distinguidos con el Premio Nacional de Artes Plásticas los artistas Raúl Martínez (1994), Rita Longa Aróstegui y Agustín Cárdenas Alfonso (1995), Manuel Alfredo Sosabravo (1997), Manuel Mendive Hoyos (2001), Pedro Pablo Oliva (2006), José Villa Soberón (2008), Lázaro Armando Saavedra González (2014), Lesbia Vent Dumois (2019), Rafael Zarza (2020); entre otros.
Sin embargo, de los 27 reconocimientos entregados hasta ahora, solo dos han ido a parar a las manos de artistas mujeres. Un hecho que activistas feministas han considerado como una expresión de los prejuicios discrimatorios y machistas que imperan en las instituciones artísticas y culturales del Estado.
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