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Los presos políticos sufren actos de repudio en el Combinado del Este, La Habana, por parte de otros reos cubanos, que reciben a cambio llamadas telefónicas a sus familiares, según declaró el periodista independiente Esteban Rodríguez.
"Todos los días, a las seis de la tarde, cuando hacen recuento todos los presos dicen consignas en favor de la revolución para agredir a los presos políticos", dijo el cubano a través del programa A fondo, del canal AméricaTeVé.
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Las consignas tienen frases como "Aplastemos al yanki" y "Yo soy Fidel", una situación que para Rodríguez es increíble, porque además se trata de reos con condenas de hasta 30 años de privación de libertad que mantienen complicidad con el régimen a cambio de algunos beneficios.
"A un preso político, que le dicen Comando, lo trancaron en una celda solo y un grupo para arriba de él con una bandera cubana como si fuera aquello el más vil de los actos", recordó.
Asimismo alertó que los presos políticos en el Combinado del Este no están seguros porque son víctimas de torturas psicológicas y físicas, como golpes en las costillas y amenazas con quitarle las visitas familiares.
Sobre los sucesos del 11J en Cuba, Rodríguez recordó el momento en que Díaz-Canel llamó a un enfrentamiento cívico entre manifestantes y simpatizantes del régimen.
"Hubo un preso que dijo: Vamos a caerle a golpe a los opositores. Empezaron a hacer diferentes acciones", rememoró, y aunque confesó que no sucedió nada, si sufrió un acto de repudio por parte de los otros detenidos.
En otro momento de la entrevista detalló cuáles fueron las condiciones con las que viajó desterrado fuera de Cuba, una medida que afectó también al periodista independiente Héctor Luis Valdés Cocho y que fue la única vía que ofreció el régimen para ponerlo en libertad.
"Rezo porque aquello se caiga, porque allí tengo a mi familia, mis hijas y no me gustaría poder verlas en un tiempo", confesó.
Por último, llamó la atención sobre el estado de salud y el deterioro físico que sufrió durante su estancia en la cárcel, que se muestra de manera evidente en el peso corporal.
Esteban Rodríguez, cuando entró a la cárcel, pesaba unos 135 kilogramos, y la última vez que se subió a una báscula ( no definió cuándo) esta marcó unos 85 kilogramos.
Esteban Rodríguez y su compañero Héctor Luis Valdés Cocho se encuentran ahora en El Salvador, luego que el presidente de ese país diera instrucciones para que los trasladaran a un hotel y posteriormente se analice su situación.
Ambos quedaron varados en el aeropuerto de la capital salvadoreña, cuando pretendían dirigirse a Nicaragua y posteriormente realizar el camino hacia la frontera de Estados Unidos con México, pero la dictadura de Daniel Ortega les impidió la entrada y, por tanto, durante algunas horas permanecieron en un limbo legal.
Organizaciones internacionales y activistas cubanos pidieron apoyo a las instituciones latinoamericanas para que ayuden a ambos cubanos, tras ser víctimas de un destierro obligatorio por manifestarse en contra del régimen de La Habana.
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