La joven transexual cubana Shayra González Pernía corre el peligro de ser deportada a la isla y se encuentra varada en el aeropuerto de Estambul, Turquía, porque las autoridades migratorias le impidieron viajar a Serbia.
González Pernía vivió tres meses en Moscú; luego viajó a Egipto, donde estuvo un mes, compró un billete con destino a Serbia y en el trasbordo de Estambul conoció que no puede seguir su periplo.
"Salí huyendo [de Cuba] porque después de estar en la marcha del 11J el acoso conmigo era constante. La teniente Tania, en Zanja, me hacía la vida un yogur. Salí huyendo por Moscú", explicó la joven, que se presenta como activista por los derechos LGBTI.
Al no poder continuar hacia Serbia le dijeron que podía regresar a la capital de Rusia, pero allí tampoco la dejaron entrar y la mandaron de vuelta a Turquía, donde se encuentra en este momento sin dinero ni alimento.
La cubana agregó que en estos días ha gastado más de mil dólares en pasajes y al final solo pide que algún país le conceda asilo político, ya que si regresa a Rusia la deportarán a la isla.
"Gracias a Dios, después de dos días me dieron comida, no había comido nada", dijo con evidente afectación.
Asimismo, lamentó que los cubanos tengan que abandonar el país para encontrar un mejor futuro y criticó el poder que tiene el gobierno comunista sobre los ciudadanos, que aún fuera del país sufren las consecuencias de una dictadura totalitaria.
"No sé por qué esa maldita dictadura no se acaba. ¡Qué odio le tengo al comunismo!", expresó González Pernía con lágrimas en los ojos.
CiberCuba intentó contactar con la joven para obtener información actualizada de su caso, pero hasta el momento de redactar esta nota no habíamos recibido contestación a nuestros mensajes.
Shayra González Pernía (Manzanillo, 1986) escapó en septiembre de Cuba con destino a Moscú, como otros cientos de ciudadanos de la isla que se aprovechan de la excepción de visado que tiene Rusia para aquellos que vayan a estar al menos 30 días en el país euroasiático.
Como parte de la desesperación por escapar de la isla, muchos se enfrentan a estafas, engaños, abandonos e incluso quedan varados en los aeropuertos porque no les permiten entrar.
En noviembre del pasado año la revista digital Distintas latitudes contó su historia en un artículo que recogió los testimonios de varias personas transexuales que se enfrentan a la discriminación y las fobias en los tiempos de coronavirus.
El artículo "Sobrevivir en pandemia: resistencia de las personas transmigrantes en América Latina", destacó que González Pernía trabajó en Cuba como farmacéutica y participó en al menos dos producciones cinematográficas independientes, pero también fue víctima de una violación sexual.
"Recuerdo su risa de felicidad cuando me violó y el filo de un cuchillo brillando en mi cuello en medio de la oscuridad de la escalera de un edificio. El acoso no debería existir en el mundo", relató.
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