La cifra de balseros capturados por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) en los últimos cuatro meses acaba de superar la de todo el año fiscal anterior: 842 balseros fueron interceptados desde el 1 de octubre de 2021 hasta la fecha.
Frente a los 838 migrantes cubanos interceptados en el mar por la USCG durante el pasado año fiscal, el número de balseros interceptados en los primeros cuatro meses del presente año fiscal indican una tendencia preocupante y resultan elocuentes de la crisis migratoria que golpea a la sociedad cubana.
“Desde el 1 de octubre de 2021, las tripulaciones de la Guardia Costera interceptaron a 842 cubanos”, indicó un comunicado de la USCG que comparó la cifra con el total de balseros cubanos interceptados anualmente desde 2016.
De mantenerse la tendencia, el número de quienes se lanzan al mar en su intento de llegar a Estados Unidos podría rondar los 2,500 balseros, una cifra que podría ser todavía mayor si se tienen en cuenta los factores climáticos y la llegada del buen tiempo en el verano.
De ser ese el caso, estaríamos ante la peor cifra de los últimos cinco años, solo superada por los 5,396 migrantes cubanos interceptados en el mar en el año fiscal 2016. Un éxodo que respondió al anuncio de la eliminación de la política de "pies secos, pies mojados" por parte de la administración de Barack Obama.
Este martes, Estados Unidos repatrió a 28 balseros cubanos interceptados cerca de los cayos de Florida este último fin de semana. El grupo de cubanos fue escoltado hasta la isla por la tripulación de la Guardia Costera Margaret Norvell.
Un comunicado de la USCG refirió que los cubanos fueron interceptados en tres operativos de rescate ante preocupaciones por la seguridad de sus vidas en el mar frente a las costas de los cayos Hueso y Largo, en Florida. Con este último grupo, se superó el número de balseros interceptados en el pasado año fiscal.
Si bien la eliminación de la conocida como política "pies secos, pies mojados" detuvo el flujo de migrantes irregulares por mar, el éxodo de los cubanos no se detuvo, sino que se orientó hacia otras rutas a través de América Latina, atravesando lugares peligrosos como la Selva de Darién en Panamá y sumándose a caravanas de migrantes en centroamérica con el objetivo de llegar a la frontera de México con Estados Unidos.
Con la escasez agudizándose en Cuba desde 2018, agravada en 2019 por la falta de combustible y estallando en crisis en 2020 con la aparición de la pandemia de coronavirus -que afectó al turismo y dejó al descubierto las miserias del sistema público de salud cubano-, los cubanos siguieron emigrando hacia Estados Unidos y otros países.
El desabastecimiento farmacéutico, la escasez de alimentos, el desastre económico provocado por la llamada "Tarea Ordenamiento", la vuelta a la dualidad monetaria implícita en la venta de productos de primera necesidad en divisas en las llamadas "tiendas en MLC" y otra serie de factores, incluyendo los apagones, llevaron al espontáneo estallido social del 11J en toda Cuba.
La represión desatada tras las manifestaciones hizo más patente aún la ausencia de derechos humanos y libertades fundamentales que caracterizan al régimen totalitario cubano, y con ello el hartazgo y la desesperanza de miles que ven en la emigración la única manera de luchar por tener mejor vida y un futuro.
Datos oficiales del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá presentados en diciembre de 2021 indicaron que en ese año (de enero a noviembre) un total de 17,603 cubanos se arriesgaron a cruzar la Selva del Darién con el propósito de llegar a Estados Unidos.
En diciembre de ese año, el número creció en 997 migrantes cubanos más, y en enero se añadieron 300 cubanos más que atravesaron la Selva del Darién. Varios perdieron la vida a lo largo de estas rutas, algunos de ellos menores de edad.
La eliminación del requisito de visado para viajar a Nicaragua por parte del régimen de Daniel Ortega contribuyó a abrir una vía de escape que alivió a sus aliados de La Habana. Convertida en nueva vía para iniciar el camino hacia Estados Unidos, la opción de Nicaragua disminuyó el flujo a través del Tapón del Darién y las terribles historias de los cubanos en esta peligrosa zona.
La llegada de cubanos por vía marítima y puntos de la frontera mexicana se produce en momentos en que las opciones de ser admitidos en Estados Unidos son cada vez más reducidas. No solo por la eliminación de la política de "pies secos, pies mojados", sino por el Programa de Protección del Migrante, que obliga a los solicitantes de asilo en la frontera a esperar en México por la audiencia ante un juez de inmigración para el procesamiento de su caso.
A comienzos de año, se calculaba que entre 10 mil y 12 mil cubanos se encuentran en un limbo migratorio en el sur de Florida, sin haberse registrado tras su entrada al país por alguna vía irregular.
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