La Empresa de Acopio de Ciego de Ávila sumó más de 100 millones de pesos en deudas al cierre de enero y de esta cifra 35 millones son impagos a campesinos.
Según reporte de este lunes del medio oficialista Invasor, la empresa estatal intermediaria cerró enero con más de 130 millones de pesos por cobrar y unos 107 millones por pagar.
El director general de esta empresa, Yeisel Vega González, refirió al citado medio que los pagos más atrasados datan de octubre último y, en el caso de los campesinos, han llegado a sumar más de 35 millones de pesos.
Encima, refiere, esta entidad estatal arrastra de 2021 una pérdida de 28 millones de pesos, asociada a los altos salarios, que la obligan a un proceso de disponibilidad laboral y al incumplimiento de las ventas en casi un 20%.
Para la especialista de Finanzas de esa empresa, Ángela Arias Reynoso, el 2021 “ha sido el año más crítico”, ya que “media Cuba nos debe” y su deuda se extiende también hacia las provincias de La Habana, Santiago de Cuba, Matanzas, Cienfuegos, Holguín, Camagüey, Las Tunas, Guantánamo, entre otras.
Según Reynoso, a La Habana y a Santiago de Cuba el Banco les aprobó un crédito y han ido pagando algo, mientras que a Las Tunas y a Camagüey, que juntas les deben más de 20 millones, no les fue aprobado por la difícil situación que atraviesan.
Para paliar esta crítica situación financiera, la empresa ha recurrido al Banco de Crédito y Comercio, al que ya le han solicitado créditos por el valor 110 millones de pesos, pero “ya para acceder a otra línea de financiamiento nos exigen ir saldando esos volúmenes de contrataciones para establecer garantías”, precisó Vega González al medio avileño.
“Acopio vende en un mes más de 20 millones de pesos, el Banco no ha actualizado sus montos y un crédito nos dura tres meses. Si no nos pagan rápido, nos seguimos endeudando y se complejiza el pago en el surco”, apuntó, además, el directivo de la empresa acopiadora, la cual se ¿sostiene? mediante un asfixiante entramado financiero de deudas sobre deudas, a costa de los productores locales, quienes se ven obligados a comerciar bajo la decadente lógica de “mejor que se lo lleven y paguen luego, a que se nos pudra y perdamos más”.
A principios de febrero trascendió la pérdida de 200 quintales de tomates en Artemisa por demora en la recogida por parte de la Empresa de Acopio de esa provincia, que desde diciembre de 2021 no entrega cajas para la recolección a los campesinos de la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida (CCSF) Camilo Cienfuegos.
Según el productor Humberto Martínez Lara, esa situación es reiterativa en la finca Santa Teresa y como la hortaliza ya estaba demasiado madura, su único destino era una industria de procesamiento, lo cual implicaba perder la mitad de sus ganancias.
En similar situación estuvo el campesino Héctor González, de la Cooperativa Pedro y Bienvenido, del municipio Minas, en Pinar del Río, quien perdió 1300 repollos en abril de 2021, porque la empresa estatal de Acopio, encargada de recibir el producto, dijo que no tenía fuerza de trabajo para procesarla.
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