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El joven cubano Julio Adriel Merladet Olazábal, natural de Granma, se encuentra en México DF y si sus planes salen como se espera llegará en los próximos días a la frontera con Estados Unidos, pedirá asilo político y encontrará la libertad que nunca tuvo en la isla.
Merdalet Olazábal fue profesor de Historia en un preuniversitario de Cuba, pero en octubre de 2021 lo expulsaron de su centro de trabajo por criticar en internet el sistema de Salud Pública y como muchos otros escapó de la isla a través de Nicaragua a principios de este mes.
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El emigrante narró a CiberCuba algunos detalles que lo que ha vivido desde entonces y las motivaciones que lo obligaron a tomar una decisión tan arriesgada, aunque decidimos no revelar detalles que puedan comprometer su situación.
En Cuba quedaron su esposa e hija y muy pocos familiares conocieron sus intenciones de escapar a través de un tercer país, en este caso Nicaragua, porque no es necesario solicitar visado.
Para emprender el viaje pidió prestado 7,000 dólares, que deberá pagar una vez que llegue a Estados Unidos, legalice su estatus migratorio y comience a trabajar; lo que se convierte en un motivo más para no regresar y evitar que lo descubran, porque si lo deportan no tiene idea de cómo devolver todo ese dinero.
Luego de perder su trabajo como profesor comenzó a vender productos agrícolas, pero comenzó a temer por su seguridad porque conoce de opositores y activistas a quienes la Seguridad del Estado les crea un caso judicial y terminan en la cárcel por delitos comunes, algo que no quiso para él ni su familia.
"Prefiero que mi hija me vea un tiempo a través de la pantalla de un móvil antes que sepa que estoy preso en Cuba", declaró.
Recordó que en los días previos a la marcha del 15N, que convocó el grupo Archipiélago, su nombre encabezaba el listado de opositores en Jiguaní por su "nivel de peligrosidad" y no lo dejaron ni visitar a su familia en el municipio Yara.
"Imagino que ese nivel de peligrosidad sea porque estudié, porque yo no he matado a nadie ni nada, pero ellos hacen lo que quieran con todos nosotros", abundó.
Merdalet Olazábal lleva más de cinco días a la espera de que el "coyote" que contrató le notifique su traslado, y relató que hay que actuar con mucha cautela y evitar llamar la atención de las autoridades migratorias, porque el más mínimo fallo puede suponer un problema para el grupo y terminar deportados.
"Me estoy desesperando un poco, pero me digo que hay que conservar la calma porque mi objetivo es llegar a la frontera y saborear la libertad. Lo peor, que es el recorrido largo, ya lo hice y lo que queda es esperar para seguir subiendo", confesó.
El exprofesor cubano valora la posibilidad de pagarle al "coyote" un poco más de dinero para ver si lo prioriza, pero teme gastar todo el efectivo que lleva encima y que el viaje no termine en buen puerto, por eso intenta refugiarse en familia como única manera soportar el paso de los días.
"Todo este sacrificio es también para darle un futuro mejor a mi niña, mi esposa y el resto de la familia. Cuando uno pasa por este camino ve de todo, pero por suerte me queda poco y si Dios quiere en unos días podré llegar", enfatizó.
Una de las cosas que más impactó al joven cubano es ver la existencia de comida en todos esos países que la prensa oficialista menciona como subdesarrollados.
"Me dolió ver cómo hay galletas caramelos y todas esas cosas que uno no le puede comprar en Cuba a los niños. Qué país el nuestro y lamentablemente hay miles de personas que permanecen dormidos en esa burbuja", criticó el emigrante.
Si todo sale bien para Merdalet Olazábal, en Estados Unidos lo espera un primo que llegó hace poco y podrá acompañarlo en el proceso de adaptación, y una vez que tenga todo en regla dice que no le importará "matarse trabajando" para lograr reunir el dinero suficiente que le permita sacar a su familia de Cuba por una vía segura, porque a los suyos no los piensa someter a este riesgo que él vive en carne propia.
La entrada a Estados Unidos por la frontera con México es una de las vías que utilizan los cubanos que escapan de la isla a través de algún país latinoamericano.
Desde noviembre hasta la fecha más de 17 mil cubanos han cruzado la frontera estadounidense, según datos oficiales, un considerable grupo que por el momento no se beneficiará con una reciente decisión gubernamental adoptada este miércoles.
Según esa medida, todos aquellos cubanos que cruzaron de manera legal la frontera después del 12 de enero de 2017 y hasta el 17 de noviembre de 2021 podrán procesar su residencia permanente en el país.
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