KIEV, 25 feb - A las personas que aún están en Kiev se le dijo el viernes que hicieran bombas molotov, mientras se esconden en refugios y sótanos improvisados, a la espera del asalto ruso a la capital ucraniana.
Rondas de misiles cayeron sobre Kiev durante la noche y las sirenas de los ataques aéreos se activaron, lo que intensificó la angustia entre los residentes que no dejaron la ciudad de tres millones de habitantes.
"¡Hagan cócteles molotov, neutralicen al ocupante!", dijo el Ministerio de Defensa, mientras que las autoridades locales dijeron a los habitantes del distrito de Obolon de la capital que se mantuvieran alejada de las calles porque se acercaban "hostilidades activas".
Algunos residentes se escondieron en las estaciones de metro que se utilizan como refugios antiaéreos, o corrieron a los sótanos de los bloques de apartamentos u otros edificios cuando sonaron las advertencias de bombardeos.
"Los niños estaban asustados, lloraban y preguntaban 'Mamá, ¿moriremos todos?'", dijo Alla, una mujer de unos 40 años.
El sótano donde se refugió estaba repleto de cientos de personas sin lugar para dormir, con solo sillas y algo de agua. Incluso encontrar un lugar para sentarse era difícil.
"No sabemos cuánto tiempo tenemos que quedarnos aquí. Bueno, tenemos sillas por lo menos", dijo una mujer de 35 años que solo se identificó como Viktoria, mientras sus hijos de cinco y siete años dormían sin quitarse sus abrigos de invierno.
"Estamos conmocionados, no esperábamos esto. ¿Cómo puedes librar una guerra contra personas pacíficas?"
EXPLOSIONES, VENTANAS DESTRUIDAS
Los líderes ucranianos evocaron recuerdos de un ataque alemán nazi en Kiev en 1941. Los daños a la ciudad centenaria durante la Segunda Guerra Mundial tardaron años en repararse.
Un residente del sureste de Kiev, que solo se identificó como Sergei, dijo que se despertó alrededor de las 4 a.m. y salió al balcón de su apartamento para fumar.
Escuchó un estallido y vio un destello en el cielo frente a él. Cinco segundos después, una explosión sacudió su edificio residencial de 10 pisos, a poca distancia del aeropuerto internacional de Boryspil.
"Los vidrios volaron por todas partes. Ahora hay un fragmento de proyectil en mi cocina. Me sorprendió", dijo a Reuters. Nadie en su familia resultó herido.
Un reportero de Reuters vio un cráter de dos metros de profundidad lleno de escombros en el suelo junto al edificio y ventanas rotas. Un policía en la escena dijo que nadie murió, pero varias personas resultaron gravemente heridas.
Una residente, Oxana Gulenko, médica militar cuyo padre luchó por la Unión Soviética en Afganistán, dijo que la explosión la tiró de la cama.
"¿Cómo podemos vivirlo en nuestro tiempo? ¿Qué deberíamos pensar? (El presidente ruso Vladimir) Putin debería ser quemado en el infierno junto con toda su familia", dijo mientras limpiaba los vidrios rotos de su apartamento.
Otros vecinos retiraban los escombros de la calle.
Anatoliy Marchenko, de 57 años, que sirvió en el ejército soviético, tendrá que reparar su balcón después del ataque y no pudo encontrar a su gato, que se escapó durante el bombardeo.
"Me da vergüenza hablar ruso", dijo y cambió a ucraniano. "Conozco gente allá (en Rusia), son mis amigos".
(Escrito por Timothy Heritage. Editado en español por Marion Giraldo.)
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