Ucrania acusó este miércoles a Rusia de haber bombardeado un hospital infantil y una sala de maternidad en la ciudad portuaria de Mariúpol, al sur del país, sitiada desde que comenzó la invasión de Moscú hace dos semanas.
El presidente Volodímir Zelenski habló de un ataque directo de las tropas rusas en el hospital de maternidad.
"Los niños están bajo los escombros. ¡Atrocidad! ¿Cuánto tiempo más el mundo será cómplice ignorando el terror? ¡Cierren el espacio aéreo ahora mismo! ¡Alto a las matanzas! Tienen poder, pero parecen estar perdiendo humanidad", expresó en su cuenta de Twitter.
Según el gobernador de la región, Pavlo Kirilenko, 17 personas, entre ellas varias parturientas y empleadas del centro, resultaron heridas en el ataque.
"El número de niños heridos es cero, gracias a Dios, y espero siga siendo así", subrayó.
Videos filmados muestran los daños causados por las bombas en el edificio, y en el lugar se ven autos quemados y escombros.
El ayuntamiento de Mariúpol confirmó que el hospital fue destruido y subrayó que "la destrucción es colosal".
El bombardeo se produjo durante un supuesto periodo de alto el fuego de 12 horas destinado a la evacuación de civiles.
Por otra parte, la Cruz Roja denunció que los 400,000 habitantes de Mariúpol están sometidos a un fuerte asedio, privados de agua y luz y con continuos ataques de artillería.
El gobierno de Ucrania ha intentado dos veces evacuar a la población de la ciudad, pero ha fracasado por los bombardeos del ejército ruso en zonas habitadas por civiles.
El Comité Internacional de la Cruz Roja emitió un comunicado el domingo pasado, en el que denunció la falta de un acuerdo detallado y operativo entre las partes en el conflicto.
La institución recordó a "las partes en conflicto que tienen la obligación de respetar el derecho internacional humanitario y de proteger a las personas civiles y la infraestructura civil".
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