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Decenas de sacos de cemento se echaron a perder en un almacén de La Habana, mientras miles de familias en Cuba viven en casas en pésimo estado y el Estado les dice que no hay materiales para su reparación.
El periodista uruguayo Fernando Ravsberg compartió en su muro de Facebook una foto tomada en la Tienda Panamericana sita en Boyeros y Camagüey, donde se ven los sacos de cemento blanco de la marca española Isaval, que se emplea en trabajos de albañilería y en reparaciones sobre hormigón, ladrillo y piedra.
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"Todo este material de construcción se echó a perder en los almacenes de Cuba, según me cuentan los trabajadores de ese lugar. En Europa cada saco cuesta unos 30 euros. Así que ahora a botarlo, total, en temas de construcción andamos sobrados", denunció Ravsberg.
La noticia fue desmentida por la Corporación Cimex.SA Oficial, que aseguró que esos sacos fueron enviados a otras tiendas.
"Está circulando en las redes sociales una noticia sobre el mal estado del cemento en la ferretería Boyeros y Camagüey, CIMEX comunica que esta noticia es falsa. El producto se encuentra en proceso de nivelación hacia otras unidades comerciales", dijo.
Sea cierto o falso, hace menos de un mes el viceprimer ministro Ramiro Valdés confirmó el déficit de cemento y acero que existe en Cuba, que influye negativamente en la construcción y reparación de viviendas en el país.
Durante un recorrido por Villa Clara, Valdés afirmó que esa provincia tiene recursos para construir más casas, pero que hace falta incentivar la producción de arcilla, ladrillos, tablillas, losas y otros medios que ahorren materias primas, en especial, cemento y acero, deficitarios actualmente.
Mientras entidades estatales permiten que un recurso tan necesario se arruine sin que puede ser utilizado, la población solo puede acceder a él en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
A finales de diciembre el director de la Empresa de Cemento Siguaney, Gonzalo Reina Aguilar, dijo al medio oficialista Escambray, de Sancti Spíritus, que había recibido la indicación de "vender mucho cemento en MLC y, aunque parece contradictorio, es un negocio bueno para el país".
El dirigente reconoció que en 2021 el cemento gris se produjo "en cifras muy por debajo de lo que necesita la población", al hacer unas 43,000 toneladas, de las 65,000 planificadas, debido a problemas tecnológicos y a la escasez de combustible.
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