Migrantes cubanos, venezolanos y centroamericanos causaron numerosos destrozos en las oficinas de regularización del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas.
Reportes de la prensa local indica que los indocumentados, muchos de los cuales proceden de la isla caribeña, irrumpieron el viernes de manera violenta en las oficinas tras no recibir respuesta a su demanda de visas humanitarias para salir de esta ciudad fronteriza y llegar a Estados Unidos.
El saldo preliminar de los hechos fue de varias personas heridas, incluidos migrantes y elementos federales, por un intercambio de pedradas. Aún no se ha precisado aún el número de lesionados.
También fueron destrozados dos portones por donde tenía acceso el personal del INM y resultó dañado parte del edificio por el lanzamiento de palos, piedras y otros objetos, que desprendieron las láminas de seguridad, indicó Televisa.
Decenas de migrantes lograron entrar a las oficinas y causar daños, a pesar de que elementos de la Guardia Nacional intentaban repeler el ataque con gases lacrimógenos.
En la mañana del viernes los migrantes realizaron protestas y cierres de calles para reclamar a las autoridades mexicanas que les permitan transitar el país.
Tras el incidente en el INM las autoridades migratorias suspendieron la realización de trámites en la oficina de Tapachula, lo que podría agravar la crisis en esa localidad.
"Se suspende el servicio en la Oficina de Regulación Zona Sur de Tapachula, Chiapas; no existen condiciones de seguridad para la atención de usuarios", informó el viernes en un comunicado esa institución.
En Tapachula hay varados miles de migrantes de diferentes países, los cuales no han podido salir de la ciudad fronteriza con Guatemala por falta de documentación.
Quienes lo hacen, se exponen a las redadas desplegadas por la Policía Nacional mexicana, que intenta detener el flujo de indocumentados hacia la frontera norte.
En declaraciones a la prensa local, los migrantes que se manifestaron frente a las oficinas afirmaron estar cansados de esperar bajo el sol sin ser atendidos por los agentes de migración.
"Queremos las visas", se les escuchó exigir mientras marcharon por Tapachula hasta terminar el recorrido en el parque central.
En condición irregular, los migrantes aseguraron que solo deseaban los permisos para atravesar Méxicp hacia su destino final, la frontera con Estados Unidos.
Además de exigir celeridad en la atención, denunciaron prácticas corruptas por parte de funcionarios del INM que provocan que quienes no tengan dinero deban esperar aún más por una visa humanitaria o una Forma Migratoria para salir de Tapachula.
En este sentido, resultan particularmente afectados muchos haitianos y africanos que han pasado meses, incluso años, varados en esa localidad.
El incidente en Tapachula no constituye un hecho aislado. La situación es similar en otras zonas fronterizas del sur de México.
El jueves, unos 300 migrantes cubanos y venezolanos irrumpieron por la fuerza en las oficinas migratorias del puerto fronterizo de Ciudad Hidalgo, Chiapas, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad por detener la estampida.
Por su parte, EE.UU. dijo que la entrada irregular de cubanos por la frontera sur marcó récord de 16,550 personas durante el pasado febrero, la mayor cantidad para un mes en más de dos décadas.
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