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"Me temo que el finalismo pasó factura a los más adormilados y el resultado de esta apuesta sureña (en Cienfuegos) fue cuanto menos decepcionante, tal como sucedió con la variante de Trinidad, signada por una fuerte condición artesanal", opinó Jorge Luis Urra Maqueira, autor del texto publicado por el periódico local 5 de Septiembre.
El proyecto artístico, llamado "El árbol de la esperanza", del artista trinitario Alejandro López Bastida, se inauguró en enero en Sancti Spíritus, como parte de la XIV Bienal de La Habana. Se trataba de una instalación en el parque Céspedes en la que participaron más de diez artistas. Y las obras se realizaron con desechos de todo tipo, según Radio Trinidad.
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A Cienfuegos debió llegar una adaptación de dicha instalación, pero, a juzgar por las imágenes, el resultado dejó mucho que desear. "Los creadores no pueden participar en un evento confiando en la idea de que las instituciones le van a sufragar las obras, aunque una colaboración es justa, en especial porque trae prestigio a la cultura, las instituciones o gubernaturas locales", señaló Urra Maqueira.
"Es probable que alguien se conforme con la algarabía; pero un evento de esta naturaleza merece mayor prestancia y agudeza. En este proceso era necesario la intervención de un curador capaz de favorecer la unidad y coherencia de las obras, el diálogo entre ellas, su mejor emplazamiento en los espacios, evitando la acumulación desabrida y propiciando las necesarias condiciones de percepción. A todas luces, la museografía fue un caos de sentidos y la puesta tan indisciplinada como ilegítima", consideró el autor.
"Faltó un mapa conceptual que garantizase al menos el objetivo del proyecto, además de forzar ciertos códigos simbólicos (tampoco reveladores) en función de los objetos reciclables. Pocos lograron llamar la atención, como la intentona de Alberto Jorge Veloz Fonseca, quien empaquetó uno de los leones del Parque Martí, obligando a los públicos a reconstruir mentalmente el objeto “omitido”, ese que a fuerza de ver usualmente no percibimos; empero, ya este recurso había sido empleado por Christo hasta la saturación", agregó.
En octubre de 2021, artistas visuales, curadores y críticos de artes promovieron en redes sociales una campaña de boicot de la XIV Bienal de La Habana, a modo de protesta por la existencia de más de 800 presos políticos en el país, entre ellos, varios artistas. Como resultado, numerosos artistas y curadores de fama internacional renunciaron a participar en el evento, lo cual disminuyó considerablemente su calidad. La experiencia de Cienfuegos podría ser un resultado indirecto de este boicot.
"La chapucería hizo de la suyas en la combinación de esos materiales y su puesta en el espacio, al tiempo que los modos en el grueso de los artistas son semejantes, de manera que pareciera tratarse de una única autoría. Este arte supra reciclado desentona con los entornos arquitectónicos, carece de estilo y tiene una afectada limpieza debido a la negativa intercepción entre unas obras y otras", destacó Urra Maqueira.
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