La periodista independiente cubana Anay Remón, colaboradora de Cubanet, denunció este jueves que la Seguridad del Estado ha hostigado a su madre, en un intento por disuadirle de realizar su trabajo periodístico.
Remón contó que, en la tarde del pasado miércoles, un agente "muy joven" que no se identificó acudió a la vivienda de su madre y le realizó una serie de amenazas. "Advertida de que esas visitas no son de cortesía, mi madre no le permitió pasar; así que ahí mismo, en la puerta de casa, el pichón de esbirro desató las amenazas que hace dos años estuvieron en boca de la teniente Elizabeth, el teniente Ernesto y el capitán Jorge; y un poco antes también en la de los tenientes Camilo y Lucas", precisó.
Según su testimonio, varios emisarios de la policía política le han prometido persecución e incluso cárcel si continúa escribiendo para la prensa independiente.
"En algún momento las amenazas se hicieron extensivas a mi madre, incluso a mi pareja; pero he sido la primera en admitir que no figuro entre las periodistas más importunadas por el aparato represivo", aseguró la reportera.
"Antes de ayer, la última vez que aparecieron en mi casa fue el 6 de mayo de 2020, cuando la teniente Elizabeth, aprovechando un momento de vulnerabilidad de mi madre, que acababa de perder a uno de sus hermanos, decidió que ese era el mejor momento para aterrorizarla con la posibilidad de que yo sufriera 'las peores consecuencias' por causa de mis artículos. Fue tan desalmada que ese día mi madre acabó en el policlínico con la presión disparada", recordó.
A juicio de Remón, el estallido social de julio de 2021 fue probablemente la causa por la cual la Seguridad del Estado se mantuvo distante de ella y otros reporteroa durante un tiempo. "Pero luego de los destierros y encarcelamientos a connotadas figuras del activismo y la oposición política, parecen haber retomado los ciclos de intimidación contra todo el que disiente, sea desde la calle o desde el teclado de un ordenador", señaló.
"El nuevo compañero que me atiende no ha leído los informes que supongo escribieron mis vigilantes anteriores. De ser así sabría que mi madre nada conoce sobre mi trabajo y en nada puede influir. Tampoco sabe que las madres no hablan ni aunque sepan, y mi madre es de una estirpe temible; la teniente Elizabeth puede dar fe de ello", advritió.
"El agente, que a mi madre le pareció demasiado joven para tan innoble menester, habló de supuestas asociaciones y órdenes provenientes del exterior; todo ello sin mencionar nombres ni mostrar una sola prueba. En algún momento él le hizo saber que vienen nuevas leyes, refiriéndose sin dudas al Código Penal que dentro de poco será aprobado por la unanimidad cómplice y cobarde de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Le aseguró a mi madre que si continúo escribiendo me van a sancionar, y a través de ella me hizo llegar el mensaje de que 'ya es hora de parar'. Así no más", resaltó la periodista.
Anay Remón es una de las más de 200 personas reguladas en Cuba por motivos políticos, lo cual significa que no puede salir del país. En su caso, la prohibición se estableció desde mayo de 2018. Algo que ella considera "un castigo" que le ha traído "agudos pesares a nivel personal".
"Le creo cuando profiere sus amenazas. Y él también debe creerme cuando le digo que este es tiempo de cualquier cosa menos de parar. Cuba se halla en condiciones tan deplorables que hacerlo sería un suicidio moral. Para bien o mal, me cuento entre los cubanos que cargan en sus brazos el cuerpo de una nación moribunda, aunque cada día se apaguen de a poco junto con ella", destacó, en referencia a estas recientes amenazas.
"Ese lugar, en esa fila que sostiene una patria hecha jirones, fue lo que elegí; tal vez impulsada por mi ingenuidad política de entonces, o por la esperanza de que si perseverábamos lo suficiente la Isla volvería a levantarse, daría un paso, luego otro y otro, y finalmente echaría a andar", dijo.
"No ha sido así, pero aquí me quedo hasta verla morir, exactamente como haré con mi madre, quien dicho sea de paso goza de buena salud, excepto por un ligero incordio cardiovascular y la presión que se le descontrola cuando recibe malas noticias. Lo dije una vez y lo repito hoy: en ella está el límite de mi prudencia", añadió.
De acuerdo con Remón, el agente que visitó a su madre dijo que volvería, pero que ella esperaba que la próxima vez trajera consigo una citación oficial dirigida a ella. "Sé que no tienen papel, ni tinta para la impresora, ni bolígrafos, y que sus muchas faltas de ortografía evidencian el descalabro del sistema educacional cubano. Sin embargo, nada de eso es motivo para no apegarse a la ley", sostuvo.
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