Biden pide que Putin sea enjuiciado por criminal de guerra 

"Han visto lo que ocurrió en Bucha", dijo Biden a la prensa en la Casa Blanca. "Esto lo justifica: es un criminal de guerra". Putin "es brutal. Y lo que está ocurriendo en Bucha es indignante, y todo el mundo lo ha visto", agregó el mandatario.

Imágenes de la masacre presuntamente cometida por tropas rusas en Bucha © Facebook / Ministerio de Defensa de Ucrania - Vadim Ghirda
Imágenes de la masacre presuntamente cometida por tropas rusas en Bucha Foto © Facebook / Ministerio de Defensa de Ucrania - Vadim Ghirda

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Este artículo es de hace 2 años

Mientras aumenta la conmoción mundial por la matanza de civiles en la ciudad de Bucha, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó este lunes a Vladimir Putin de “criminal de guerra” y pidió que sea enjuiciado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la invasión ordenada por el presidente ruso sobre Ucrania.

"Han visto lo que ocurrió en Bucha", dijo Biden a la prensa en la Casa Blanca. "Esto lo justifica: es un criminal de guerra". Putin "es brutal. Y lo que está ocurriendo en Bucha es indignante, y todo el mundo lo ha visto", agregó el mandatario estadounidense, quien ya expresara esta idea a mediados de marzo, transcurridos los primeros 15 días de la invasión rusa.


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El descubrimiento de una fosa común y cadáveres atados con marcas de disparos realizados a corta distancia en Bucha, una ciudad retomada a las tropas rusas a las afueras de Kiev, parece haber la razón a Biden, a la espera de la confirmación de los hechos por los pertinentes organismos internacionales.

"Tenemos que reunir la información. Tenemos que seguir proporcionando a Ucrania las armas que necesita para continuar la lucha. Y tenemos que obtener todos los detalles para que pueda celebrarse un auténtico juicio por crímenes de guerra", indicó Biden, quien, tras la conmoción provocada por las noticias de Bucha parece dispuesto a imponer sanciones adicionales contra Moscú.

"Creo que [Putin] es un criminal de guerra", respondió Biden a mediados de marzo, en la primera ocasión que le preguntaron sobre el tema. A continuación, anunció una ayuda adicional a la comprometida por la OTAN, valorada en 800 millones de dólares, que incluía armas para derribar aviones y tanques rusos.

Poco después de su afirmación, que causó un gran malestar en Moscú, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Biden había hablado “de corazón", precisando que existía un proceso legal en curso en el Departamento de Estado para determinar si Putin efectivamente ha violado el derecho internacional y ha cometido crímenes de guerra.

Por su parte, el Kremlin negó de forma categórica cualquier acusación relacionada con el asesinato de civiles, incluso en Bucha, asegurando que las fosas y los cadáveres formaban parte de un montaje de Ucrania para incriminar a Rusia.

Pasados unos días después de las polémicas declaraciones de Biden, Estados Unidos acusó formalmente a Rusia de haber cometido crímenes de guerra en la invasión a Ucrania, agravando así la escalada de tensiones entre ambas potencias en medio del conflicto bélico.

"Nuestra evaluación se basa en una cuidadosa revisión de la información disponible de fuentes públicas y de inteligencia", dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, al hacer el anuncio de la decisión. "Al igual que con cualquier presunto delito, un tribunal de justicia con jurisdicción sobre el delito es el responsable en última instancia de determinar la culpabilidad penal en casos concretos".

Asimismo, aseguró que la administración Biden continuará haciendo un seguimiento de las denuncias de crímenes de guerra y compartirá la información que recopile con aliados, socios e instituciones y organizaciones internacionales.

"Nos comprometemos a perseguir la rendición de cuentas utilizando todas las herramientas disponibles, incluidos los procesos penales", expresó el jefe de la diplomacia estadounidense en un comunicado. "Hemos visto numerosos informes creíbles de ataques indiscriminados y ataques dirigidos deliberadamente contra civiles, así como otras atrocidades".

En línea con estas declaraciones, este lunes la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, dijo que su país pedirá ante la Asamblea General la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de esta organización internacional. Rusia está en su segundo año, de un mandato de tres, en el Consejo con sede en Ginebra.

La masacre de civiles en Bucha ha impulsado las acciones diplomáticas y las decisiones estratégicas de la administración Biden. En New York, ante la Asamblea General de la ONU, Estados Unidos buscará suspender a Rusia del Consejo por cometer persistentemente violaciones flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos durante su membresía. Para conseguirlo, necesitará un voto mayoritario de dos tercios de una Asamblea con 193 miembros.

"La participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos es una farsa. Y es equivocada; por eso creemos que es hora de que la Asamblea General de la ONU vote para removerla", dijo Thomas-Greenfield. "Mi mensaje para los 140 países que valientemente se mantuvieron unidos es: las imágenes de Bucha y la devastación en Ucrania nos obligan a unir nuestras palabras con la acción", añadió la embajadora.

En marzo de 2011, en una votación por unanimidad, la Asamblea suspendió del Consejo de Derechos Humanos a Libia debido a la violencia contra los manifestantes por parte de las fuerzas leales al entonces líder Muammar Gaddafi.

Desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la Asamblea General de la ONU ha adoptado dos resoluciones denunciando a Rusia con al menos 140 votos a favor. Moscú dice que está llevando a cabo una "operación militar especial" que tiene como objetivo destruir la infraestructura defensiva de Ucrania.

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