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Un hombre murió este miércoles en Bucarest, luego de estrellar su automóvil contra la cerca de la embajada rusa en la capital rumana, donde se incendió a causa de la violenta colisión.
El conductor, identificado como Bogdan Drăghici, abogado de profesión, era el presidente de la Asociación TATA, una ONG que defendía los derechos de los padres sobre sus hijos durante procesos de divorcio.
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Según medios de comunicación locales citados por agencias de noticias, el hombre chocó el vehículo contra la verja de la sede diplomática alrededor de las 6 am, pero este no llegó a ingresar al recinto.
Un video que circula en las redes sociales muestra el carro envuelto en llamas, mientras el personal de seguridad recorría el área.
Dos días antes del incidente, Drăghici había protestado contra la invasión de Rusia a Ucrania.
En su perfil de Facebook escribió: "¡Yo también soy ucraniano! ¡Sería genial si todos nos consideráramos ucranianos hasta que esta terrible guerra, que pone a toda la humanidad en peligro mortal, finalmente haya terminado!".
En la publicación, Drăghici agregó que en 2019 había visitado Kiev, capital de Ucrania, junto a su hija y publicó fotografías del viaje.
Según el informe policial, los servicios de emergencia acudieron al lugar del hecho, pero no pudieron rescatar al conductor que quedó carbonizado en el interior del auto.
De acuerdo con EFE, el embajador ruso, Valery Kuzmin, declaró a la emisora estatal Rossiya-24 que se trató de un ataque terrorista.
Sin embargo, el diplomático admitió que las circunstancias aún no están claras, y reveló que la embajada había recibido varios correos electrónicos con amenazas de "detonaciones" o "represalias", aunque no presentó ninguna prueba al respecto.
No obstante, la embajada rusa señaló en un comunicado: “Lamentamos declarar que cualesquiera que sean los motivos que pueda tener el conductor, no hay duda de que cometió este acto bajo la influencia de una explosión de histeria antirrusa en relación con la provocación orquestada en Bucha.
El texto aseguró que “en esta pequeña ciudad ucraniana cerca de Kiev, abandonada por el ejército ruso como resultado de los acuerdos alcanzados en Estambul el 30 de marzo, los nacionalistas ucranianos mataron a civiles, culpando a los militares rusos”.
La embajada dijo que Drăghici “fue víctima de una propaganda de guerra desenfrenada por parte de cineastas neonazis en el poder en Kiev y sus patrocinadores occidentales, quienes, sin esperar los resultados del examen forense y el testimonio de testigos oculares, lanzaron una campaña contra la Federación Rusa en el contexto de una operación militar especial en Ucrania”.
Aunque el gobierno ruso ha negado los crímenes de guerra por los que se le acusa, reacciones en contra de la invasión continúan sucediendo en todo el mundo y han llegado hasta sedes diplomáticas de Rusia en otros países.
Un hecho similar al de este miércoles ocurrió a inicios de marzo, cuando un hombre fue arrestado luego de que estrellara un camión contra las puertas de la embajada rusa en Dublín, capital de Irlanda.
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