Este 8 de abril se cumple un aniversario de la muerte de Amelia Peláez, quien fuera una de las artistas cubanas más destacadas de su tiempo.
Amelia Peláez del Casal (Yaguajay, 5 de enero de 1897 - La Habana, 8 de abril de 1968) dejó una amplia obra en distintos soportes, con disímiles técnicas y estilos, entre los que destacan el cubismo, la abstracción geométrica y el surrealismo.
Esta mujer se apropió de lo cotidiano para encontrar la inspiración artística. En sus obras reflejó elementos de la arquitectura tradicional cubana como vitrales y columnas; objetos comunes como las rejas, las mamparas, las cenefas; e incluso elementos naturales como las flores, los peces o las frutas.
Amelia Peláez puso su mirada en los detalles, tomó esas pequeñas cosas que los artistas clásicos dejaban al borde de las grandes obras y las ubicó en el centro de su arte, obligando al público a reparar en ellas, a descubrir lo cubano desde otra perspectiva y a reflexionar sobre la importancia del legado cultural y el respeto a lo tradicional.
Su formación comenzó siendo una adolescente en la Academia San Alejandro. Fue alumna del pintor Leopoldo Romañach y en pocos años se convirtió en una de las mejores creadoras de artes plásticas en Latinoamérica y el Caribe.
Amelia tuvo una participación activa en el movimiento de los artistas cubanos modernos y ganó premios nacionales e internacionales.
Su trabajo como muralista también fue muy importante y es quizás por esta faceta por la que más la recuerdan los cubanos, gracias al impresionante mural en tonos azules del Hotel Habana Libre.
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