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Al menos medio centenar de migrantes cubanos se lanzaron este jueves al río Bravo huyendo de la policía mexicana, que intentó detenerlos sin éxito.
Un video publicado por el periodista Ricardo Arambarri de Univisión mostró el framático momento en que los migrantes se lanzaron en desbandada al peligroso afluente mientras los agentes los perseguían y los rodeaban con camionetas de la Policía.
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Algunos tropezaron, incluida una joven cuyo acompañante intentó defenderla y terminó arrestado, mientras ella logró meterse al agua. Afortunadamente el río tenía el caudal más bajo que el miércoles, cuando murieron cuatro personas que fueron arrastradas por la poderosa corriente.
De acuerdo con el reportero, quien diariamente desafía las turbulentas corrientes del Bravo en busca del testimonio de los migrantes, dijo que había contado al menos 50 cruzando en ese instante y más de 100 durante la jornada.
El éxodo de cubanos continúa imparable, explicó. La zona de Piedras Negras en Coahuila, que limita con Texas, se ha vuelto la más frecuentada por los viajeros.
Afirmó que los cubanos esperaban el momento oportuno para lanzarse al río, custodiado en el paso de Piedras Negras –que limita con Texas– casi 24 horas por la Guardia Nacional mexicana.
Del otro lado la patrulla fronteriza los esperó para procesarlos, pero no los deportará porque Cuba desde hace seis meses no admite a estos inmigrantes de vuelta, revelaron las autoridades estadounidenses el miércoles.
Ese mismo día 300 cubanos cruzaron el Bravo para pedir asilo político en EE.UU. y cuatro migrantes de distintas nacionalidades perdieron la vida en el caudaloso afluente.
En marzo la entrada irregular de cubanos por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó una cifra superior a las 32.000 personas, un éxodo migratorio que solo se comparara con el Mariel de 1980.
Durante el primer trimestre de este 2022, más de 78,752 inmigrantes cubanos han llegado a Estados Unidos, la mayoría de ellos a raíz de la apertura de las fronteras de Cuba y del libre visado decretado por el gobierno de Nicaragua para los residentes en la isla.
A pesar de que el río Bravo tiene poca profundidad, hay segmentos en los que súbitamente alcanza los 2,5 metros y su corriente se eleva constantemente y sin previo aviso cuando la presa de la Amistad es abierta para irrigar los cultivos y suministrar energía eléctrica.
En épocas de lluvia esta operación es más frecuente para reducir el nivel de agua en la represa, lo que hace al Bravo un río mortalmente peligroso e impredecible.
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