Una jueza federal del Distrito de Tampa, en Florida, anuló este lunes el mandato de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) sobre el uso obligatorio de las mascarillas en los aviones y otras formas de transporte público, implementado hasta el próximo 3 de mayo.
Un reporte de AP, citado por el periódico Tampa Bay Times reveló que la magistrada Kathryn Kimball Mizelle, designada para su cargo por el ex presidente Donald Trump, consideró que los CDC no justificaron ni regularon la aplicación de la medida de forma apropiada.
Kimball Mizelle insistió en su fallo que las autoridades sanitarias excedieron sus funciones y determinó que la única solución era anular la regla por completo, porque sería imposible ponerle fin solo en respuesta a las personas que apoyaron la demanda.
La petición fue presentada en julio de 2021 por dos habitantes de Tampa Bay y el Health Freedom Defense Fund, un grupo sin ánimos de lucro que "se opone a las leyes y regulaciones que obligan a las personas a someterse a la administración de productos, procedimientos y dispositivos médicos en contra de su voluntad".
La jueza afirmó que "un remedio limitado no sería ningún remedio" y que los tribunales tienen plena autoridad para tomar una decisión como ésta, aunque sean loables los objetivos de los CDC en la lucha contra el coronavirus.
"Dado que nuestro sistema no permite que las agencias actúen ilegalmente incluso en la búsqueda de fines deseables, el tribunal declara ilegal y anula el mandato de la máscara", escribió Kimball Mizelle en su dictamen.
Hasta el momento el Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha realizado declaraciones sobre si pretende o no apelar el fallo de la magistrada federal de Tampa.
La decisión de los CDC de alargar hasta el 3 de mayo el uso obligatorio de las mascarillas sanitarias tiene como propósito dar más tiempo para estudiar la subvariante BA.2 ómicron del coronavirus, que es en estos momentos responsable de la mayor parte de los contagios en ese país.
Al requisito de los cubrebocas se han opuesto durante meses las compañías aéreas, que argumentan que los filtros de aire eficaces de los aviones modernos hacen que la transmisión del virus durante un vuelo sea muy poco probable.
En los últimos meses se han producido una serie de incidentes violentos en aeronaves, a partir de disputas entre pasajeros y tripulaciones que exigen el uso obligatorio de las mascarillas.
La medida, impulsada por la administración de Joe Biden, también encontró rechazo en los miembros del Congreso que representan al Partido Republicano y del propio gobernador de Florida Ron DeSantis, que ha intentado levantar la obligatoriedad del uso de los cubrebocas en centros de trabajo, escuelas y espacios públicos.
Los críticos de esta disposición explican que varios Estados dejaron de exigir las máscaras en restaurantes, tiendas y otros lugares cerrados, y sin embargo los casos de COVID-19 siguen disminuyendo desde que la variante ómicron alcanzó su punto máximo a mediados de enero.
Durante ese momento crucial de la pandemia, las autoridades sanitarias de Estados Unidos insistieron en el uso de cubrebocas N95, que logran filtrar hasta el 95% de las impurezas del aire. Señalaron que estas y las KN95 contribuyen a formar un sello en la cara para impedir el paso de partículas del virus.
En concordancia con esas recomendaciones de los CDC, el gobierno estadounidense puso a disposición del público 400 millones de mascarillas N95 no quirúrgicas de forma gratuita pues pertenecían a su reserva nacional estratégica. Los insumos se enviaron a farmacias y centros comunitarios de todo el país.
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