El gobierno cubano aseguró este jueves que tiene "el compromiso" de garantizar "el derecho a regresar de sus ciudadanos", en el contexto de la reunión sobre temas migratorios con Estados Unidos celebrada en Washington.
"El gobierno cubano ratifica su compromiso de garantizar una migración regular, ordenada y segura; así como el derecho a viajar, emigrar y regresar de los ciudadanos cubanos, de acuerdo con los requerimientos de nuestra ley migratoria", dijo en Twitter Ernesto Soberón, director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE) de la Cancillería.
Asimismo afirmó que las afectaciones a esos derechos se deben a las "medidas adoptadas por la administración Trump, las cuales continúan vigentes, y dificultan la comunicación entre las familias".
Soberón, un antiguo funcionario del régimen de La Habana, volvió a culpar a las decisiones de Estados Unidos de la actual crisis migratoria, que ha obligado a Estados Unidos a promover las conversaciones a fin de frenarla.
El Gobierno culpa a Washington del éxodo en la isla y dice: "El cierre de los servicios consulares en La Habana; la interrupción arbitraria del otorgamiento de visados a nuestros nacionales, obligándolos a viajar a terceros países sin garantías de otorgamiento; entre otras medidas, constituyen obstáculos al flujo regular de viajeros".
Sin embargo, no menciona que decenas de cubanos tienen prohibido regresar al país por sus posicionamientos políticos, ni la crisis general interna de la isla, que para la mayoría de los cubanos constituye el factor fundamental a la hora de decidir arriesgar su vida por el mar o las peligrosas rutas centroamericanas.
El caso de las activistas Anamely Ramos y Carolina Barrero, obligadas a renunciar a sus derechos en Cuba, y de los periodistas Héctor Valdés Cocho y Esteban Rodríguez, forzados a abandonar el país, son ejemplos de que el Gobierno viola los derechos de sus ciudadanos.
La propia Ramos denunció que la aerolínea American Airlines le impidió abordar un vuelo desde Miami con destino a La Habana por órdenes del Gobierno cubano.
En medio de la represión y la falta de libertades Cuba experimenta una ola desproporcionada de salidas de sus ciudadanos hacia países centroamericanos, en su mayoría con el propósito de llegar de manera irregular a la frontera de México y solicitar asilo ante las autoridades migratorias de Estados Unidos.
En apenas cinco meses del presente año fiscal estadounidense, que comenzó el pasado 1 de octubre, más de 80 mil cubanos han entrado a territorio estadounidense por puntos fronterizos de manera irregular, 46,752 de ellos por la frontera sur.
En el mismo período, más de 1,200 cubanos fueron capturados en altamar o lograron llegar a las costas de Florida en embarcaciones rústicas o viajes de contrabando humano desde la isla.
La situación se disparó particularmente desde el pasado noviembre, cuando Nicaragua anunció la exención de visados para ciudadanos cubanos y colapsó la oferta de boletos aéreos, que en estos momentos alcanzan los $4,500 dólares para viajar de La Habana a Managua.
El pasado lunes trascendió que Estados Unidos y Cuba se reunirían este jueves en Washington para discutir sobre migración, en las conversaciones formales de más alto nivel de Washington con La Habana desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo el año pasado.
La reunión ocurre en un momento en que el Gobierno de Estados Unidos está lidiando con el creciente de migrantes que intentan cruzar la frontera desde México.
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