Jóvenes cubanos aficionados a la cultura del manga y el anime (otakus) se dieron cita este sábado en la fortaleza habanera de La Cabaña junto a los aficionados a los videojuegos (gamers), para realizar un peculiar desfile en el que se caracterizaron como sus personajes favoritos.
Luciendo vestuarios similares a los de sus admirados personajes de anime, manga o videojuegos, los jóvenes completaron sus caracterizaciones con accesorios como pelucas, máscaras o espadas y otras armas utilizadas por los personajes de los que se declaran firmes seguidores.
Una nota divulgada por la agencia Associated Press (AP) indicó que la cita se produjo en el marco de la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana, que se inauguró este miércoles en la capital cubana y se desarrollará hasta el 30 de abril.
El singular evento, que se celebra desde 2014, contó con la participación de decenas de adolescentes y jóvenes, y concluyó con un certamen en el que se eligió el mejor vestuario por aclamación de los asistentes. El premio de la popularidad recayó en la joven de 16 años, Daisy María González, quien eligió al personaje de Hange de la serie japonesa ‘Shingeki no Kyojin’.
“Desde que vi las primeras personas disfrazadas dije ´yo también quiero hacer cosplay´”, declaró Laura Sutil (21 años) a la mencionada agencia. Según AP, el “cosplay” —contracción de las palabras inglesas costume (vestuario) y play (actuar, interpretar)— es una tendencia social que consiste en representar personajes de series animadas (no solo japonesas) a través de la imitación de sus looks, utilizando para ello vestuarios, accesorios y maquillajes varios.
“Este es mi personaje favorito de videojuego y de anime, Hatsune Miku”, afirmó Sutil, mostrando frondosas pestañas negras, una peluca de largo cabello azul recogido en dos moños, y un corto vestido blanco de mangas mariposa. Tanto la confección del vestido, con pechera de vuelos de colores rosas y morados, como la imitación de los altos zapatos del personaje, indica que la afición de los “otakus” requiere dedicación e imaginación con los que suplir materiales y accesorios que no están al alcance de todos los aficionados cubanos al manga y el anime.
En el caso de Sutil, confeccionó su traje con “telas viejas que le sobraron a su abuela” que cosió ella misma con ayuda de su madre. Según la agencia, los meses de pandemia y confinamiento propiciaron que el manga, el anime y los videojuegos se pusieran de moda entre los jóvenes cubanos “sumándolos a la tendencia mundial en la realización de los llamados encuentros cosplay”.
“Llama mucho la atención el tema del tipo de animación, los colores, las batallas, los poderes, el idioma” de las series, dijo Enrique Mayo, uno de los organizadores del “cosplay” realizado este sábado en La Cabaña y directivo del proyecto cultural Freak Zone, dedicado a promover esta expresión contemporánea de la cultura nipona.
Según explicó, en Cuba ya se veían series japonesas desde la década del 90, pero el creciente interés de los jóvenes indica que las nuevas generaciones están en contacto, a través de internet, con expresiones culturales y contenidos más propios del mundo de la gráfica y la animación digital.
“En un futuro quiero hacer ‘cosplay’ y amo el anime”, reconoció Briatna Darias a la agencia AP. La niña, menor de 12 años, formó parte del público que asistió al desfile. “Me entretiene y me saca de este mundo y me meto mucho en la historia de los personajes”, argumentó la chiquilla, asistiendo a un evento que reflejó un mundo que se aleja a pasos agigantados del universo del libro y la lectura para provocar inmersiones diferentes en el campo de la ficción y la fantasía.
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