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Bárbara Isaac Rojo, la madre de dos jóvenes cubanas encarceladas por manifestarse el 11 de julio en Placetas, Villa Clara, denunció la pésima alimentación que les dan a las detenidas en la prisión de Guamajal, de esa localidad.
En declaraciones a Radio Televisión Martí la mujer, que ha quedado a cargo de su nieta de apenas un año, dijo que la comida en el reclusorio no contiene los nutrientes mínimos para garantizarles la salud a las prisioneras, como establece la carta de Naciones Unidas sobre el tema.
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"Están dando puré de papas y plátano hervido. Eso no es, ni remotamente, una buena alimentación. Sin embargo, los funcionarios y trabajadores del centro penitenciario comen y almuerzan todos los días arroz, carne y frijoles", expresó.
Rojo es la madre de las gemelas Lisdanys y Lisdianys Rodríguez Isaac, de 22 años, condenadas a 8 años de prisión por su participación en las protestas del 11J.
Explica que ellas "tampoco tienen una buena atención médica".
"Cuando las presas necesitan una pastilla para el dolor, los carceleros les dicen que no hay. Y en el mejor de los casos, dan una pastilla para dos reclusas. Si están enfermas o requieren de asistencia médica, las autoridades contestan que no hay médico", denunció Isaac.
Al respecto, contó que su hija Lisdanys está padeciendo de fuertes dolores de cabeza debido a problemas de la visión, mientras a Lisdianys le atacan dolores en la boca del estómago.
A pesar de ello "han pedido ser atendidas por un profesional y las autoridades han hecho caso omiso a sus solicitudes", lamentó Isaac.
La alimentación en las cárceles cubanas es motivo frecuente de quejas y denuncias. El pasado año prisioneros de la cárcel El Combinado de la provincia de Guantánamo denunciaron que en ese centro penitenciario los están "matando de hambre".
En declaraciones al portal Cubanet varios presos comunes afirmaron que las autoridades no cumplían con las normas establecidas para la alimentación, no respetaban los gramajes ni les daban proteínas, por lo que muchos estaban enfrentando desnutrición.
"En el comedor toman una flauta de pan y la pican en 10 porciones. Estos trozos quedan muy por debajo de los 40-50 gramos que deberá tener el pan del desayuno, de igual forma sucede con el té. Cuando pasa tan solo media hora uno tiene más hambre que antes de romper el ayuno", relató un recluso.
Otro aseguró que en el almuerzo los presos solo recibían "una gotica de sancocho" sin proteínas.
"No nos dan proteínas, nos dan un agua de sopa y un poquito de arroz sin grasa y mal elaborado, pues queda duro y empegostado, nunca llega al gramaje establecido. Entonces vienen y te dan un medallón, que eso no es proteína en ningún lugar, porque es de harina. Si usted lo mezcla con la sopa se infla como un globo, es una mezcla de harina que terminan asando en forma de una ruedita y sin sabor a nada. Esto es lo que dan como plato fuerte", explicó.
El periodista cubano Roberto Jesús Quiñones, quien estuvo un año en esa prisión por cubrir el juicio de dos pastores evangélicos guantanameros, dijo en 2020 que les daban de comer polvo de arroz hervido en el que muchas veces encontraban hasta gusanos.
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