De acuerdo con el periódico oficialista cubano Granma, el pasado primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en las plazas y calles de Cuba desfilaron más de cinco millones de personas "en respaldo a su Revolución y al Socialismo".
En un texto titulado "Misterios", firmado por Ernesto Estévez, que transita desde José Lezama Lima hasta Jesús, José Martí, el hilo de Ariadna y Fidel Castro, el periódico propone una reflexión acerca del concepto de pueblo. "Mundo al que se aspira, desde que lo invocó como meta el primer crucificado, y lo trajo a lo cubano, el diseñador de la república ideal. Fidel condensó en el pueblo el misterio que siempre nos ha acompañado", sostiene.
"Y ese pueblo es el que este 1ro. de Mayo desfiló por las plazas de Cuba, porque ahí, en ese momento, todo era lucha y llegado el momento de los hornos encendidos, dejó a un lado las sombras y se hizo luz", agrega.
Curiosamente, aunque las imágenes del desfile en La Habana muestran una gran concentración de personas, no se menciona nada más sobre las cifras.
Sin embargo, ese dato no ofrece una imagen justa acerca del respaldo popular al gobierno; primero que todo, porque para la disidencia en el país es imposible organizar un evento similar para defender sus ideas. Salir a las calles es apenas un privilegio para quienes reproducen el discurso oficial.
En los días previos al primero de mayo, varios activistas, periodistas y defensores de derechos humanos denunciaron en redes sociales acoso por parte de la Seguridad del Estado, que les amenazó con la cárcel si realizaban alguna acción supuestamente contrarrevolucionaria.
Periodistas independientes como Yoe Suárez, Miriam Celaya y María Matienzo relataron que recibieron citaciones a interrogatorios y visitas de agentes en sus viviendas. También fue el caso del poeta Ariel Maceo.
"Confieso que me sorprendió semejante visita. Hacía más de dos años que no se acercaban directamente a mí, si bien cada tanto han indagado entre mis vecinos sobre mis supuestas 'actividades contrarrevolucionarias' en mi barrio. Pero más aún me sorprendió su extraño recado: 'Vengo a decirle que no se va a permitir ninguna actividad en la calle el Primero de Mayo'", dijo Celaya en Facebook.
Por su parte, Matienzo contó acerca del acoso a ella y su pareja, la activista Kirenia Yalit Núñez: "Nos dicen que 'no nos quieren hacer sentir incómodas', que ese es su trabajo, pero resulta que acosar no es un trabajo, como mismo hacer activismo y periodismo no es un delito. La 'amabilidad´ del verdugo sigue siendo tortura".
Asimismo, múltiples fueron las imágenes que circularon ese día acerca de varias iniciativas grotescas y propagandísticas de quienes participaron en el desfile. Una de las más controversiales fue la de un bebé recién nacido sostenido por un médico en Holguín, junto a un cartel por el Primero de Mayo.
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