Grandes Ligas: Zurdo Néstor Cortés estuvo a cinco outs del no-hitter contra Texas

Lo de Néstor Cortés Jr. va muy en serio: eso lo sabe todo el mundo, pero sobre todo los bateadores oponentes. Por ejemplo, que le pregunten a los toleteros de Texas, que acaban de pasarse siete entradas y un tercio para poder hacer la cruz en la casilla de los hits.

Un total de 22 outs sacó el zurdo cubano sin que los Rangers pudieran batearle a terreno de nadie, hasta que el noveno bate Eli White le conectó una línea al center field. En ese lapso, Cortés les recetó la friolera de 11 ponches, con cuatro bases otorgadas.

Por desgracia, la brillante faena no halló premio en el departamento de ganados, toda vez que nuevamente los Yanquis se mostraron estériles durante las aperturas del oriundo de Surgidero de Batabanó. Los datos hablan por sí solos: tras cuatro sólidas aperturas de más de cinco o más innings (el mínimo exigido para aspirar a la victoria), el muchacho apenas ha conseguido un triunfo y un fracaso.

Ciertamente, esta historia no es nueva para él, que tuvo un excelente curso en 2021 y, no obstante, ganó dos y perdió tres. Eso, a pesar de haber lanzado para 3.08 en 14 salidas en rol de abridor (25 limpias en 73.1 entradas de 75 strike outs).

Ahora bien, la actuación de esta tarde sí que le sirvió para catapultarse a los puestos de cabecera en varias estadísticas de alto rango. Así, en la Liga Americana el bigotudo de 27 años va segundo en efectividad (1.41), cuarto en ponchetes (42) y average rival (.177), y sexto en WHIP (0.97).

Desde José Fernández (que en paz descanse y salvando las distancias, porque aquel era un potencial Hall de la Fama), ningún abridor cubano había exhibido tanto predominio en Grandes Ligas. Y ya no es cosa de unas cuantas salidas con fortuna. Néstor Cortés, como escribí en este mismo sitio a mediados de abril, es la mejor carta monticular de Cuba a día de hoy. Ojalá se pudiera contar con sus servicios para el Clásico...

Nota: A la postre, el partido de este lunes lo ganaron los Yanquis 1x0 con juego salvado para un compatriota de Cortés, Aroldis Chapman.