Un vehículo de los llamados ferrobuses se descarriló en la mañana de este jueves en el tramo correspondiente a la localidad de Tacámara, Holguín, mientras cubría la vía Báguanos-La Caridad, sin que se reportasen lesionados.
“Descarriló, la carata Baguano Caridad hoy 12/5/22 aproximada las 11:10 am tramo Tacámara sin lesiones, vía férrea en mal estado”, informó el usuario Manolito López en el grupo de Facebook ACCIDENTES BUSES & CAMIONES por más experiencia y menos víctimas!, que se dedica a documentar accidentes de tránsito a lo largo de Cuba.
Los ferrobuses, conocidos popularmente como “caratas”, son ómnibus ya desechados a los que se les colocan ruedas de tren, para que puedan circular por las vías férreas.
Se trata de una solución implementada por el gobierno cubano para paliar la crisis del transporte en localidades rurales.
Ante la incredulidad de muchos de los miembros del grupo de Facebook donde se compartió la noticia, que no conocían de la existencia de este medio de transporte, un usuario lo describió así: “Es un chasis de guagua reforzado con el sistema de ruedas de tren y listo, un logro revolucionario y, a la vez, una caja de muerto con ruedas”.
“Todo con esos inventos de 4 ruedas, están en un hilo para descarrilarse y las vías todas torcidas. Más fácil se salen de las vías, tienen que tener 8 ruedas, 4 y 4, y las vías estar en buenas condiciones”, agregó otro internauta en los comentarios.
En 2020, la televisión local de Santiago de Cuba informó que las viejas guaguas marca Diana, de producción nacional, estaban siendo modificadas para ocupar las líneas ferroviarias de los municipios de San Luis y Palma Soriano y contribuir al transporte de los habitantes de las zonas rurales.
La televisión nacional presentó un reportaje, en marzo del pasado año, sobre la fabricación de dos prototipos de ferrobuses en los talleres ferroviarios de San Luis, Santiago de Cuba, y de la empresa José Valdés Reyes de Gesime (Grupo Empresarial de la Industria Sidero-Mecánica), en Cárdenas, Matanzas.
El gobierno cubano pretendía poner en funcionamiento ese año 10 ferrobuses, de 24 pasajeros sentados y 20 de pie, y que pudiesen admitir un remolque para cargas ligeras.
Su empleo en zonas rurales de Cuba, donde la falta de transporte es un drama habitual, es común desde hace años como solución alternativa.
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