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El preso político del 11J Loreto Hernández García aún no ha recibido un diagnóstico claro sobre su enfermedad, luego de permanecer ingresado en el Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro, de Villa Clara, desde la pasada semana.
Hernández García, sacerdote yoruba, fue ingresado por una supuesta hepatitis, pero tras varios análisis los médicos aún no tienen un diagnóstico certero, explicó su hija, Rosabel Sánchez, luego de entrevistarse este lunes con el doctor que atiende su caso.
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Según el testimonio de Sánchez, recogido por Martí Noticias, la familia de Hernández García venía exigiendo hace tiempo que se le ofreciera una debida atención médica por los problemas de salud que ha padecido durante su reclusión en la cárcel de Guamajal.
“Puede ser que tenga cáncer en el páncreas, puede que sea una hepatitis aguda. Dice (el doctor) que él está amarillo, tirando a verde, entonces quieren hacerle un somatón (una resonancia magnética) para ver si llegan a la enfermedad que tiene”, precisó.
La hija del sacerdote denunció que, desde que su padre permanece en el hospital, “no he podido verlo más, no he podido hablar con él, y estamos aquí en el hospital esperando, porque queremos verlo, hablar con él por teléfono, que él nos diga que está bien”.
El opositor exiliado Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, hermano de Hernández García, se quejó de que “han hecho un alto número de esfuerzos infructuosos para lograr verlo y no han podido ni tan siquiera saber de él”, también según el reporte de Martí Noticias.
“Lo último que se supo de Loreto fue una llamada telefónica que realizó hace varios días, y dijo que lo tenían con suero, que le estaban haciendo unos análisis para confirmar si la razón de su ingreso fue hepatitis viral o no. El asunto es que hay una situación sumamente preocupante porque se niegan a dar información sobre su estado”, detalló Antúnez.
Loreto Hernández García, vicepresidente de la Asociación Yorubas Libres de Cuba, y su esposa, la activista Donaida Pérez Paseiro, fueron sentenciados a siete y ocho años de cárcel, respectivamente, por su participación, desde la localidad de Placetas, en las protestas masivas antigubernamentales del pasado 11 de julio pasado.
En principio, la Fiscalía había solicitado una pena de ocho años para la pareja, junto a los activistas de la asociación yoruba Arianna López Roque, Nidia Bienes Paseiro, Ciro Alexis Casanova Pérez y Mitzael Díaz Paseiro, quienes también participaron en las manifestaciones del 11 de julio en Placetas.
Poco después de las protestas populares y de ser amenazado por la Seguridad del Estado con la cárcel, Hernández García afirmó que para él “sería un orgullo ir a prisión por defender a un pueblo que estuvo silenciado, un pueblo que estuvo callado. Para mí sería un orgullo ver formado un alto liderazgo en el estallido social que hubo aquí en Placetas”.
La Asociación Yorubas Libres de Cuba que dirige Hernández García fue reconocida el pasado jueves -junto al Movimiento San Isidro (MSI) y el Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR)- con el Premio Libertad Pedro Luis Boitel 2022, en una ceremonia realizada en el Museo de la Diáspora Cubana, en la ciudad de Miami.
Este galardón se otorga desde finales de la década del 90 para reconocer el sacrificio, la trayectoria y la valentía de personas que luchan dentro de Cuba.
Actualmente, Hernández García y los otros dos líderes de las organizaciones premiadas -el artista Luis Manuel Otero Alcántara, del MSI, y el opositor José Díaz Silva, del MONR-, se encuentran cumpliendo penas de prisión en las cárceles cubanas.
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