Activista trans denuncia pésima atención sanitaria en Cuba

La también periodista Mel Herrera criticó además la indolencia del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), que dirige Mariela Castro Espín, ante las preocupaciones e insatisfacciones de las personas trans en Cuba.

Activista trans cubana Mel Herrera © Facebook/ Mel Herrera
Activista trans cubana Mel Herrera Foto © Facebook/ Mel Herrera

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Este artículo es de hace 2 años

La activista trans cubana Mel Herrera denunció la pésima atención que recibe esta comunidad por parte de las autoridades sanitarias de la isla, quienes no adaptan el sistema y las instalaciones a las necesidades médicas de las personas transexuales en el país.

“La potencia médica tiene una sola endocrinóloga para todas las personas trans del país que estamos en reemplazo hormonal. Mis últimos exámenes me los hice en octubre de 2020 y cuando estuvieron los resultados habían vuelto a suspender las consultas por el confinamiento”, afirmó la también periodista en un hilo desde su cuenta de Twitter.


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Herrera contó en su post que el supuesto plan de atención "integral" a las personas trans fue suspendido en cuanto se decretaron las primeras medidas para el aislamiento social por la pandemia. Explicó que, al centralizarse este programa solo en la capital, se obligó a la comunidad trans a viajar a La Habana para recibir cuidados de salud, mientras el país cada año envía miles de médicos a otras regiones del mundo.

“Con el confinamiento y el consecuente cierre de fronteras entre provincias, obviamente las consultas tenían que suspenderse. Obviamente no somos importantes. Nuestra salud puede aguantar parece. Hace poco supe que han retomado las consultas, pero de a poco…”, añadió la activista.

La joven criticó además la indolencia del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), que dirige Mariela Castro Espín, pues cuando los miembros de la comunidad trans llaman a la institución nadie los atiende o les ofrece algún tipo de explicación a sus insatisfacciones y preocupaciones.

“Actúan como privados y no rinden cuenta como instituciones públicas que son. A pesar de todo el descalabro anterior se dan el lujo de hablar de 'avances' en salud de las personas trans. Cuando es sabido que desde 2018 todo se quedó estancado”, añadió la periodista, colaboradora habitual de la revista Tremenda Nota.

Herrera llamó la atención en sus tuits sobre la falta de seguimiento a sus tratamientos hormonales y manifestó la preocupación lógica que esto significa. “Los exámenes eran cada tres meses supuestamente. Ya perdí la cuenta de cuántos he dejado de hacerme. A día de hoy no sé nada de mi salud hormonal. Las dolencias ahí están. Tengo preocupaciones que deseo comentar con mi endocrinóloga y ahora resulta que no hay turnos hasta julio”, advirtió.

“Pero entre los que siempre van a cuestionar el reemplazo hormonal y desde su ignorancia decir que ponemos en riesgo nuestra salud porque queremos, los que sólo andan diciendo #loveislove y los que desde el poder están tapando sus ineficiencias y lavándose, ya estoy harta”, agregó la activista en el último tuit.

La discriminación en Cuba contra la conmunidad trans resulta frencuente. En 2019 trascendió un episodio de malos tratos a personas trans en el hotel Pernik de la cadena Islazul en Holguín, que obligó a la directora de esta entidad estatal a ofrecer disculpas después de que circularan en redes sociales indicaciones internas de que no dejaran entrar a estas personas porque “no coinciden en su apariencia con los documentos legales, por lo que ocultan su verdadera identidad”.

En marzo de 2021, las autoridades retiraron la multa impuesta a la joven trans Merlía Somers por vestir de mujer mientras hacía una cola en Cabaiguán, pueblo de la provincia Sancti Spíritus donde reside. En declaraciones al medio independiente Tremenda Nota, Somers aseguró que "también me pidieron disculpas por el incidente y me aseguraron que los responsables iban a ser sancionados", añadió.

Poco después se anunció que el oficial de policía que la humilló públicamente, esposó y arrestó fue sancionado. "En la mañana me notificaron que el policía que me puso la multa de 1,000 por ser una mujer trans, fue multado con 300 pesos y separado a partir de hoy por tres meses de su cargo por abuso de poder", refirió Somers en su perfil de Facebook.

Además, la joven aseguró sentirse satisfecha con la sanción y agradeció a las personas que la acompañaron en su denuncia y ayudaron a visualizar el atropello.

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