Cientos de kilos de piña se pudren en la fábrica de conservas ubicada en el municipio Majagua, en Ciego de Ávila, mientras la población de ese territorio se ve obligada a pagar más de 40 pesos la libra de la fruta en las placitas y mercados estatales.
“Lamentable lo que ocurre con el procesamiento de la piña en la Fábrica de Conservas de Majagua, Ciego de Ávila, una industria pequeña, que hoy recibe grandes volúmenes de la fruta”, denunció el periodista oficialista José Alemán Mesa en su página de Facebook, donde también prometió una posterior ampliación de la noticia en el semanario local Invasor.
El vocero de la prensa estatal compartió además fotos del estado de descomposición del gran volumen de fruta, que además se almacena en contenedores de madera ubicados a la intemperie, lo cual también dificulta la conservación del alimento, realidad que preocupa a los habitantes de ese territorio en medio de la profunda escasez de comida que atraviesa el país.
Hasta el momento de la publicación de esta nota, el post de Alemán había recibido más de 127 reacciones y varias decenas de comentarios críticos. En particular sobresale el del periodista independiente José Raúl Gallego, quien llamó la atención sobre la recurrencia del problema en otras provincias.
“Una y otra y otra y otra vez este tipo de publicaciones: en Ciego, Camagüey, Mayabeque, Holguín. Y seguirán. Pueden convertirla en plantilla si quieren y solo cambian el producto, el lugar y la fecha. El problema es estructural, es el sistema (el político, que determina e impone el sistema económico). Mientras no apuntemos hacia ahí y le entremos con fuerza, estamos como el hámster: corriendo encima de la ruedita”, afirmó el también investigador.
Otros usuarios de la red social advirtieron que la responsabilidad de esta pérdida considerable de una fruta muy demandada, es, en primera y última instancia del estado y las autoridades locales. “Siempre lo mismo y lo mismo. El problema está en a quién le duele todo el gasto para producir....a nadie le duele y lo cara que están las piñas, ¿cómo nos vamos a desarrollar y lograr mejorar la economía?, así NUNCA SALDREMOS ADELANTE”, afirmó la internauta identificada como Margarita Kommnick Chinea.
“Imposible funcionar así... personas sin poderlas probar y ahí se están echando a perder... muchas cosas por cambiar en este sistema, y muchas personas acomodadas en él sin querer cambiarlas... estamos muy mal”, añadió Raly Martínez Porra.
En tanto, para la forista Irianny Medina Cepero resulta “muy triste esa situación, mientras acá en Ciego están en las placitas a 42 pesos la libra y (...) tres piñas (ojo cuando digo piña no se crean que es de un tamaño muy grande…) me salieron en 203 pesos, para darnos ese día un 'gustico' en la casa”.
La pérdida de producciones agropecuarias constituye una realidad creciente en Cuba. En el propio territorio avileño, se prevé la pérdida de la mitad de la cosecha de papas de la actual campaña, que es considerada por los especialistas como la peor de los últimos 20 años.
Según un reporte de Invasor, las lluvias más recientes impidieron que la tierra se secara y provocaron la pudrición de al menos 34 millones de plantas, a pesar de que se movilizaron, a última hora, un total de 26 máquinas recolectoras, provenientes incluso de otras provincias.
Dentro de las causas principales de la desastrosa campaña sobresale, además de las inclemencias del tiempo, la mala planificación de recogida que realizaron los especialistas de la Delegación Provincial de la Agricultura.
El trabajo de la Empresa de Acopio de ese territorio resulta tan deficiente que, al cierre enero de 2022, reportaron una deuda que asciende hasta los 100 millones de pesos, de los cuales, al menos 35 millones corresponden a impagos a los trabajadores y campesinos afiliados. La entidad estatal concluyó la etapa con más de 130 millones de pesos por cobrar y unos 107 millones por pagar.
También en Artemisa las pérdidas de cosechas resultan frecuentes. En febrero del año en curso más de 200 quintales de tomates se pudrieron como consecuencia de la demora en su recogida por la Empresa de Acopio de la provincia, que desde diciembre pasado dejó de cumplir sus compromisos de entrega de cajas de recolección a los campesinos de la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida (CCSF) Camilo Cienfuegos.
El usufructuario Humberto Martínez Lara dijo al periódico local que esa situación es reiterativa en la finca Santa Teresa y que para esa fecha ya la hortaliza se encontraba demasiado madura, por lo que su único destino podía ser una industria de procesamiento, lo cual implicaba perder la mitad de sus ganancias.
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