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Un gol brasileño que enloqueció a Madrid, 174 heridos leves y 68 detenidos en París fue el saldo de final de la Copa de Europa, jugada este sábado en la capital francesa, con toque cubano-mexicano; apuestas a favor de una venganza inglesa y aromas de la vieja pugna entre moros y cristianos.
Vinícius Júnior hizo campeón de Europa al Real Madrid, en el minuto 59, con un remate por la izquierda, que hizo saltar la banca, porque las apuestas eran a favor del Liverpool pero -antes y después- Thibaut Courtois selló la portería blanca, con paradas de infarto.
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La Copa de Europa tuvo opening cubano-mexicano con Camila Cabello poniendo a bailar al público del estadio de Saint-Denis, donde pandillas juveniles intentaron acceder, sin entradas o con falsificadas, provocando la intervención policial y un comunicado de la UEFA; explicando el retraso en el inicio del partido.
Con su catorce Copa de Europa, el Real Madrid consiguió el doblete, pues ya se había proclamado campeón de la Liga Española y, anoche, miles de seguidores inundaron las calles y plazas de la capital española y decenas de merengues se concentraron en las Ramblas de Barcelona, el corazón de su enconado rival.
Madrid es una fiesta, pero esta vez se juntaron la lógica alegría desbordante de los madridistas con las ganas de los madrileños de retomar la noche; tras dos años acuartelados por el coronavirus y sin apenas fútbol.
Por si fuera poco; al celebrarse el partido en la capital francesa, los madridistas aprovecharon para emprenderla contra el jugador del club París Saint Germain, Kylian Mbappé que -hasta última- hora dudó en renovar por su equipo o venirse a Madrid.
Pero por debajo de la pugna deportiva estaba el tradicional recelo entre moros y cristianos; medios españoles insinuaron el fichaje de Mbappé por el Madrid como una pelea contra el dinero de emires árabes, dueños del París Saint Germain y algunos comentaristas y fanáticos calificarón al jugador de traidor a Occidente, cuando decidió permanecer jugando en Francia, su país natal.
Fayza Lamari, madre de Mbappé, felicitó al Madrid por su Champions, asegurando que era uno de los motivos de su hijo para quedarse en París, donde aun puede ganar la Copa de Europa; mientras que en el conjunto merengue apenas brillaría, aunque metiera 70 goles por temporada.
Para que la noche hubiera sido completa, el madridista Karim Benzemá, francés de origen argelino, debió marcar un gol; pero el fútbol quiso que el héroe de París fuera un brasileño batiendo al portero inglés en el minuto 59 de la gran noche madridista en París; donde el VAR había anulado, antes, un gol blanco por fuera de juego.
Madrid enmudeció a las nueve y diecisiete minutos de la noche de este sábado y enloqueció casi una hora después, con el gol de Vinícius; los restaurantes y bares aprovecharon la gesta para vender comidas y bebidas a domicilio, decorando los táperes, platos, vasos y cubiertos desechables con los colores y el escudo del nuevamente Campeón de Europa.
La policía española protegió la céntrica fuente de las Cibeles, sede de las celebraciones madridistas y la capital española se volvió ensordecedora desde las diez y media de la noche, cuando el árbitro pitó el final de la final y Madrid rugió desde el propio estadio Santiago Bernabeu, que vendió todas sus localidades para ver el desafío en pantallas gigantes, hasta Cubas de la Sagra, Somosierra, Estremera y Santa María de la Alameda, los cuatro puntos cardinales más alejados del centro.
En Madrid reinó la alegría y el jolgorio, sin apenas incidentes, y ahora está en la calle saludando y vitoreando a sus campeones, que van en autobús sin techo con su catorce Copa de Europa, para ofrecerla a la Virgen de la Almudena, patrona de la capital española; con nombre inequívocamente árabe, aunque castiza como las patatas bravas, que anoche se vendieron como churros; pero mojadas en cerveza, tintos de verano y vermú.
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