La prensa oficialista cubana culpó a algunos panaderos de ser los responsables de la mala calidad del pan que se vende en Ciego de Ávila, aunque mencionó otros factores como el embargo, los apagones y la mala calidad de la materia prima.
"La mayoría de los trabajadores nuestros son muy valiosos, pero no te niego que pueda haber alguno que empañe esa imagen", dijo Yoslainay Hernández Collado, directora técnica y de desarrollo en la Empresa Provincial de Alimentos en Ciego de Ávila, a través de un artículo del periódico Granma.
Tras realizar una encuesta a unos 250 clientes de Ciego de Ávila, el 72% dijo que el pan sale malo por culpa de los panaderos, lo que sirvió para reforzar la tesis de la prensa estatal de que el problema depende en gran medida del factor humano.
Hernández Collado reiteró que de nada sirve disponer de materia prima de calidad si se incumple el proceso de elaboración del pan.
"Quien incurre en violaciones, no importa de qué índole sean, se expone a medidas disciplinarias drásticas, incluso, la separación del puesto de trabajo", aseveró la funcionaria, quien agregó que en lo que va de año se han aplicado unas diez sanciones administrativas.
Para el periodista a cargo del artículo, al igual que para sus entrevistados, los cortes de electricidad, el embargo y la mala calidad de la harina que se distribuye no son justificación para que el pan que se vende de manera racionalizada a la población tenga mala calidad.
"Se le puede poner un poco de amor para que no quede tan malo", dijo el cubano Raúl Sifontes, quien fuera panadero en el pasado y reconoce que no es fácil elaborar el alimento con materias primas sin condiciones.
Tras publicar el artículo, los lectores de Granma en Facebook reaccionaron al tema y criticaron que la prensa oficialista siga hablando de un problema que nunca ha tenido solución.
"Ya la situación del pan es una falta de respeto, los que lo elaboran y los que dirigen la panadería se aprovechan de todas las carencias y lo que hacen es engañar a la población con la calidad del producto que entregan día a día, le echan la culpa a harina, tienen que culpar a algo, y por qué no se miran ellos", escribió una persona.
"Al cabo de 63 años preguntamos por la calidad de un simple pan. Y ¿qué hay de la calidad de vida del cubano?", preguntó otro internauta.
"El cuento de nunca acabar. Un millón de reportajes, escrito y nada de solución. Hay que aprender a respetar y respetarse", expresó una cubana.
Sin embargo, el artículo no mencionó que muchas veces los panaderos, que cobran salarios que no cubren sus necesidades, deben alterar las fichas de producción para que haya un excedente que les permita obtener ingresos extras tras venderlo en el mercado informal.
Tampoco mencionó que muchas veces los cuentapropistas deben acudir a este mecanismo de subsistencia ante la falta de un mercado mayorista que les abastezca a precio de costo de productos como la harina, el huevo o el aceite, que son controlados por las entidades estatales.
El artículo culpó a terceros y a factores externos de la mala calidad del pan, un alimento básico en la dieta de los cubanos, que en los últimos meses han visto cómo se elaboran con recursos alternativos, como la harina de yuca o plátano, porque no hay recursos financieros para adquirirlos en el mercado internacional.
El discurso oficial se jacta de garantizarle a cada cubano un pan diario, pero impide el desarrollo de negocios privados que se encarguen de la elaboración de este alimento e impone condiciones restrictivas para sostener el control sobre los ciudadanos. A pesar de que hay panaderías particulares, su alcance y capacidad de gestión son controladas por las autoridades del país
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