Niña cubana recibe tratamiento en hospital de Miami gracias a visa humanitaria

La pequeña llegó a Miami junto a sus padres y su hermano hace una semana y ya recibe tratamiento para su enfermedad en el Nicklaus Children's Hospital en Miami-Dade, gracias a la intervención de la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar.

La niña cubana Vanessa Alfonso Lupianez © Captura de video de CBS Miami
La niña cubana Vanessa Alfonso Lupianez Foto © Captura de video de CBS Miami

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Este artículo es de hace 2 años

Una niña cubana de seis años, paciente de cáncer, comenzó a recibir tratamiento en un hospital de Miami luego de que su familia recibiera una visa humanitaria gracias a la intervención de la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar.

La pequeña llegó a Miami junto a sus padres y su hermano hace una semana y ya recibe tratamiento para su enfermedad en el Nicklaus Children's Hospital, en el suroeste de Miami-Dade.


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Se trata de Vanessa Alfonso Lupianez, una pequeña de seis años que, según CBS Miami, recibirá un tratamiento contra el cáncer que padece y que le salvará la vida, luego de quedar desahuciada por el sistema de salud pública de Cuba.

"Estoy agradecida con la congresista porque los cuatro podemos estar juntos y pasar por este proceso", dijo Jennifer Lupianez, la mamá de Vanessa. "Pensé que perdería a mi hija", añadió conmovida.

Este lunes, la congresista se encontró por vez primera con la familia a la que ayudó en sus trámites para conseguir una visa humanitaria para recibir atención médica en Estados Unidos. "Estos son los momentos que marcan la diferencia", dijo Salazar a los medios presentes en el momento del encuentro.

La cubanoamericana fue contactada por el abuelo de Vanessa, vecino de Cutler Bay, quien se acercó a la congresista a finales del año pasado para pedirle ayuda. Su nieta tenía cáncer en el riñón y, según los propios médicos cubanos, la niña no sobreviviría al tratamiento en Cuba.

Una vez que detectaron el cáncer, los médicos cubanos le extirparon el riñón, pero no tenían los medicamentos que requería para el tratamiento posterior. Según denunció la familia, los facultativos del sistema de salud cubano se negaron a decirles qué medicamentos requería la niña, a pesar de que esta sufría de dolores.

Además, debido a los protocolos sanitarios, Vanessa no pudo ver a su padre y su hermano por espacio de tres meses. Desesperado por la salud de su hija, Yansey Alfonso pasó esos tres meses procurando el sustento de la familia y los alimentos necesarios para la recuperación de su hija.

“Mi hijo se deprimió mucho”, dijo el papá de Vanessa. “Yo también. Imagínate en la calle tratando de encontrar comida, tratando de encontrar alimento. Fue muy duro esos tres meses”, relató Alfonso.

Fue entonces que la congresista Salazar intervino, alertada de la situación de la familia por el abuelo de Vanessa. Luego de dificultades ante los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, la familia obtuvo la visa humanitaria gracias a la mediación de la representante cubanoamericana.

“Cosas así te cambian la vida”, dijo Salazar sobre la perspectiva feliz que se abre ahora para esta familia cubana. "Esta niña podría ser mi hija", añadió la congresista mientras visitaba a la familia, que ahora vive con los abuelos, y jugaba con Vanessa.

"Tenemos la medicina para salvarla. Y para cambiar la vida de esta familia", declaró Salazar cuando abogaba por la concesión de la visa humanitaria. “Se va a morir si no viene”, presionó la política en su propósito de que les concedieran la visa.

Una vez en Miami, la republicana dijo que fue “realmente un milagro” y agradeció al Departamento de Estado por trabajar en conjunto para hacerlo posible. Ahora la familia espera que Vanessa supere este momento oscuro de la vida y pueda dedicarse en el futuro a hacer lo que más le gusta: bailar y cantar.

Ocho meses después del diagnóstico de cáncer, Vanessa tuvo controles preliminares la semana pasada y espera comenzar pronto un nuevo tratamiento. La familia se abraza feliz y celebran juntos las perspectivas de un futuro que el sistema de salud cubano no pudo ofrecerles.

Descapitalizado y desatendido por el régimen, el sistema de salud pública de Cuba sufre una sangría de profesionales y recursos, con hospitales cayéndose a pedazos y los ciudadanos padeciendo una aguda falta de medicamentos.

Mientras, las inversiones en hoteles e infraestructuras turísticas, controladas por los militares, se llevan la mayor partida del presupuesto público del país.

Ante este panorama, son cada vez más frecuentes las denuncias de cubanos en redes sociales, quejándose de la desatención que sufren por parte de la sanidad pública y el deterioro de los hospitales.

Lamentablemente, también crecen el número de familias desesperadas por la enfermedad que padecen los suyos y que no pueden ser tratadas en la isla. Gracias a internet y las redes sociales, muchas de ellas contactan con especialistas de Estados Unidos que estudian sus casos y ofrecen soluciones terapéuticas que requieren la presencia de los pacientes. Algunas, como la familia de Vanessa, tienen la suerte de obtener una visa humanitaria.

En los últimos años existen varios antecedentes de niños residentes en Cuba que han obtenido visas humanitarias para tratar en Estados Unidos padecimientos graves. No obstante, la cantidad de familias que reclaman esa salida para graves problemas médicos de sus hijos es superior al número de visas humanitarias que acaban siendo concedidas.

Durante el primer semestre del año fiscal 2022, iniciado el primero de octubre pasado, se tramitaron en la embajada de Estados Unidos en La Habana solo el 21% del total de visas de visita (271). Esta cifra incluye las visas otorgadas con carácter humanitario para recibir tratamiento médico en ese país.

En febrero de este año, un padre cubano residente en Miami consiguió la aprobación de una visa humanitaria para su hija, de solo tres años, necesitada con urgencia de una operación para tratar un tumor en la cabeza.

A finales de enero, un niño cubano de tres años que padecía una leucemia linfoblástica aguda arribó a Estados Unidos junto a su madre, gracias a una visa humanitaria que le permitió viajar para recibir tratamiento médico en Miami.

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