Todos los niños heridos por la explosión del hotel Saratoga en La Habana que fueron hospitalizados recibieron el alta médica, según el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba.
Según el reporte del MINSAP de este lunes, ningún menor lesionado en la tragedia permanece ingresado, tras ser dado de alta el último niño que estaba hospitalizado hasta este domingo.
No obstante, aún dos personas adultas se encuentran en unidades asistenciales de la capital cubana. Uno reportado en estado grave y otro de cuidado.
Hasta este 13 de junio, a las 10:00 a.m., la explosión del Saratoga ha dejado como saldo 99 personas lesionadas, 46 de ellas fallecidas, incluidos cuatro menores de edad entre los muertos.
En este desastre, ocurrido el 6 de mayo pasado a causa de una supuesta fuga de gas, se lesionaron 15 niños, de entre dos y 15 años, y cinco de ellos permanecieron durante varios días en la sala de terapia intensiva del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, de Marianao.
El pequeño de dos años Arón Dávila González, quien sufrió heridas graves en la tragedia y fue el menor lesionado más crítico, fue dado de alta este viernes, totalmente restablecido y sin ninguna secuela, según mostró un reportaje transmitido en el Noticiero Nacional de la Televisión.
De acuerdo con su madre, Xiomara de la Caridad González, el día de la tragedia ella iba con el pequeño por la calle, porque le tocaba ponerle la vacuna contra la COVID-19.
"Tengo al niño cargado y cuando voy por el separador (del semáforo) del Saratoga siento una explosión. Yo no sé para dónde cogió el niño, ni supe nada. Siento que hay mucha nube de polvo que no me dejaba ver, mantuve la calma porque no sabía qué había alrededor mío, si me podía caer, pero en ese momento hubo como una brisa que me dejó ver al niño delante de mí", relató en el citado reporte.
Contó que después de la confusión inicial, un botero llamó insistente desde un carro para llevarla al hospital con su hijo.
"Él me dijo: 'Vamos, vamos', pero casi lloroso por la misma situación que había pasado. Yo quisiera en algún momento si él me está viendo o alguna familia, porque yo quiero agradecerle", afirmó.
El chofer los llevó a ambos al hospital Hermanos Ameijeiras, en Centro Habana, donde los médicos encontraron en la cabeza del menor un objeto extraño de unas dos pulgadas y media, que había penetrado el cerebro como un proyectil y estaba alojado muy cerca del área motora.
Arón fue llevado al salón de operaciones, donde los especialistas levantaron el fragmento óseo e identificaron el pedazo de madera, que tenía también tierra y fragmentos de metal muy pequeñitos, todo lo cual fue retirado.
"Se cuidó todo muy bien, hoy el niño está sin secuelas", subrayó la doctora Peggys Oleydis Cruz, especialista de segundo grado de Neurocirugía del Ameijeiras.
Días después de la primera cirugía, la evolución favorable de Arón permitió trasladarlo al pediátrico Juan Manuel Márquez. Allí estuvo varios días críticos en terapia intensiva, presentó complicaciones y tuvo que ser operado nuevamente con riesgos importantes.
La madre de Arón calificó a su hijo como "un guerrero desde que nació", porque vino al mundo a los ocho meses de gestado, y ella ingresó al salón de parto con 180 y 160 de presión arterial.
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