Videos difundidos el viernes último por la policía de Casselberry, Florida, revelan que la mujer del cubano que asesinó a su familia para después suicidarse estaba preocupada por el comportamiento de su esposo y aterrada por la reciente compra de un arma.
Las autoridades publicaron tres videos de cámaras corporales de oficiales relacionados con el triple asesinato-suicidio del pasado 14 de junio, en que el cubano Carlos Soto asesinó a su esposa, suegra e hijastro antes de suicidarse.
Dos de los clips corresponden a una llamada del 9 de junio, luego de que los oficiales respondieran a una denuncia de la venezolana Zuleika López, quien estaba preocupada por el comportamiento de su marido y por una reciente compra de armas.
El tercer clip es de la mañana del 14 de junio, cuando los oficiales de Casselberry acudieron al condominio donde ocurrió el siniestro, después de que alguien llamó al 911 por disparos.
Cuando los oficiales llegaron encontraron los cuerpos de López, su hijo y su madre, junto con el cuerpo de Soto.
El pasado 9 de junio, Zuleika López llamó al 911 porque había escuchado una conversación de su esposo con el primo de ella relacionada con armas y estaba temerosa.
Según el reporte de Univisión, López pidió que le enviaran un oficial para registrar su casa y asegurarse que no hubiese un arma allí.
“Yo necesito que revisen el apartamento si es necesario”, pidió.
En los clips del 9 de junio, se puede observar la conversación de la mujer con una oficial a quien le reitera que revise su casa donde teme que haya un arma.
En un segundo plano, Soto, sin camisa y en la entrada de la casa, permanece atento a la conversación de su esposa con la policía.
“Yo llamé porque estoy muy asustada e intrigada. Porque yo he tenido muchos problemas con él, es muy celoso”, se oye decir a Zuleika.
Luego, la policía le preguntó a la mujer si su esposo le había pegado o amenazado ese día con el arma, a lo que respondió negativamente. Y
Posteriormente, cuando la oficial le preguntó si Soto le había pegado antes, Zuleika dio a entender con gestos que sí.
La oficial le advirtió a la mujer que, si su esposo tenía un arma legal, no podían hacer nada para retirársela y la conminó a proceder con el divorcio lo antes posible en los tribunales del condado.
“Yo me quiero separar de él, divorciarme lo más rápido posible”, respondió López.
La mujer confesó además que su esposo era celoso y hacía poco habían tenido una discusión en la que él se había negado a concederle el divorcio
Zuleika agregó que no podía abandonar la vivienda porque su hijo y su mamá, quien se encontraba desde hace poco de visita, residían en el lugar.
“¿A dónde voy a salir con mi hijo y con mi madre?”, lamentó.
Ante la angustia de López, quien les preguntó en varias ocasiones si no podían hacer nada, la policía determinó que no existía una amenaza directa para la vida de la mujer y, por tanto, abandonó el lugar.
Antes de retirarse y ante la insistencia de la mujer, la oficial le preguntó si consideraba que su esposo podía usar el arma en su contra.
“Por supuesto, si es que él la tiene. No sé si él la tiene, o si no la tiene. El sufre de ira, de celos y yo no sé qué pueda hacer. Eso nadie me lo garantiza”, contestó la mujer angustiada.
Anteriormente, los oficiales habían conversado con Carlos Soto quien, algo alterado, había afirmado no poseer un arma.
Según el medio local WFTV9, la policía comentó que el arma que encontraron en la escena había sido comprada legalmente y el hombre no había hecho ninguna amenaza contra nadie.
Familiares de las víctimas, por su parte, declararon que sabían que Zuleika se encontraba en peligro.
“No sabemos por qué se quedó. No tenemos ni idea. Después de que llamó al 911 la primera vez, le costó la vida”, dijeron a WFTV9.
Soto conoció hace alrededor de tres años a su esposa, Zuleika López, madre del adolescente Víctor Araujo, estudiante de Lake Howell High School. La suegra de Soto se llamaba Mileida López. Ambas mujeres y el menor eran oriundos de Venezuela.
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