Conocí a Andy Vázquez en una grabación del popular programa Vivir del cuento en el que yo narraba una carrera de abuelitos. Me resultó muy simpático, agradable y le pregunté: "¿dónde estaba metido un actor de tu talla que no había hecho casi televisión?" Sólo sonrió, se encogió de hombros y tras conversar unos minutos regresó al set.
Hace dos años, el muy seguido espacio televisivo dejó de contar con Facundo Correcto, Aguaje y Bienvenido Blanco Blanco y su academia de francés. Desde hace dos años Andy Vázquez lucha por un mejor futuro, dejó atrás los miedos, el encierro y ahora hace uso del derecho de todo ser humano de la libre expresión.
¿Qué haces en la actualidad que ya no te vemos actuando?
Gracias Julita, es un placer, siempre he simpatizado contigo. Luego de mi salida de Univista TV, donde estuve por dos años, aprendí y agradezco mucho a todos allí, me encuentro trabajando independiente en mis redes sociales.
Tengo un espacio que sale por Youtube en mi canal Andy Vázquez, de lunes a jueves a las 9:30pm. Durante una hora interactúo con mi público, hago tres mini sketch y a veces invito a alguien. La paso muy bien en este nuevo proyecto.
De humorista a hombre de negocios. ¿Por qué Miami no es buen escenario para los artistas? ¿No han podido los cubanos imponer su clase y hacer una mayor producción de novelas, obras de teatro, series?
Es verdad que muchos cubanos llegan aquí y no tienen la suerte de trabajar en lo mismo que hacían en Cuba; nos pasa en el arte, igual lo ves en el deporte y en otras profesiones pero también otros muchos cubanos han triunfado en distintas esferas, incluida el mundo del arte.
En lo que es producción de novelas creo que hay un mercado que se impone muy fuerte como el brasileño, colombiano, mexicano. En el teatro, no obstante, los cubanos han estado muy activos en los últimos tiempos: muchas obras que se pueden disfrutar, muy buenas en el género de comedia y también en el drama.
En el teatro los cubanos han estado muy activos en los últimos tiempos: muchas obras que se pueden disfrutar, muy buenas en el género de comedia y también en el drama
Venimos de un país en el que sobra el tiempo y cuando llegas aquí te das cuenta de que los días se van en un minuto. Es otro mundo, a veces no hay tiempo ni de ver una película cuando llegas a casa.
En lo particular, estoy de lleno trabajando en una tienda virtual con mis productos de publicidad de mis shows y mis tarjetas digitales, tienda que incluirá la venta de pulóvers, llaveros, gorras, jarras, etc. Además, una compañía para producir comerciales y es que… hacer publicidad ¡me encanta! Ya he hablado con camarógrafos y editores para montar los comerciales y hacer cortos humorísticos. Claro, todo eso lleva tiempo, inversión, no es inmediato, pero las ideas y los deseos están.
¿Andy, piensas regresar a la actuación fuera de tu canal?
Tengo un par de propuestas muy buenas, próximamente se enterarán de los nuevos proyectos, sobre todo televisivos.
¿Cómo saliste de Cuba, por dónde llegas, por qué vía?
Decidí, planeé y me fui en menos de 24 horas, al ser expulsado de la Televisión Cubana por órdenes que “vinieron de arriba”. Sabía que si me quedaba sería un infierno, así que me fui sin decírselo a nadie, solo a mi esposa.
Decidí, planeé y me fui en menos de 24 horas, al ser expulsado de la Televisión Cubana por órdenes que “vinieron de arriba”. Sabía que si me quedaba sería un infierno, así que me fui sin decírselo a nadie, solo a mi esposa
Sentí miedo hasta que me hice residente estadounidense. Soñaba que me venían a buscar los boinas negras en un helicóptero ¡mira tú! jejé. Ni que fuera yo tan importante; pero sí, lo soñaba. Es el estado de terror que vivimos.
¿Qué sucedió para que te suspendieran el contrato?
Sabes que yo hice un sketch sobre la apertura de la tienda de Cuatro Caminos, una sátira que consideraron una burla. Es lo que hablábamos de la censura.
Una persona se me acercó y me dijo que no me iban a renovar el contrato. Fui llamado ante los jefes y ya sabía el veredicto: Que si yo había dado a entender que hubo malversación en la inversión y que eso atentaba contra dirigentes de los cuales no se podía hablar, que si mi forma de hacer humorismo no estaba de acuerdo con los principios revolucionarios, que si yo recibía un pago por haberlo hecho etc, etc, etc.
Hasta me dijeron que afectaba a Vivir del Cuento y entonces yo respondí que lo borraba de inmediato, porque nada más lejos de mis deseos que perjudicar a mis compañeros.
Se terminó la reunión y al otro día, yo ensayando, me llama Nachy el director que le acababan de informar que no me iban a renovar el contrato. Lo miré, me despedí, monté mi carro, fui a sacar el pasaje para Estados Unidos y al otro día ya estaba en este país que no por gusto todos saben que es el de las infinitas oportunidades.
Por lo que cuentas, ¿los artistas nada pueden hacer para lograr un cambio?
Los artistas cubanos podrían hacer muchas cosas pero es que alzar la voz los conduce a un final nada feliz. Varios ejemplos son notorios. La gente tiene miedo, los artistas también. Yo lo experimenté. Por suerte tenía mi visa.
Los artistas cubanos podrían hacer muchas cosas pero alzar la voz los conduce a un final nada feliz
Tu papel de Facundo que encarna la doble moral de nuestra sociedad… ¿significó un impulso para tu partida?
Si no me hubieran botado, hoy estaría en el programa. Jamás hubiera defraudado a los que me dieron la oportunidad.
Si no me hubieran botado, hoy estaría en el programa. Jamás hubiera defraudado a los que me dieron la oportunidad.
Ahora, te digo algo, desde que pisé por vez primera este país, siempre me pregunté: ¡Coño! ¿por qué mi Cuba no puede ser así? Tanto adelanto, en fin… Ahí me dije para mis adentros: ¡este es el lugar en el que quiero vivir, el que quiero compartir con mi familia!
¿Te ayudaron al llegar, quiénes? ¿Qué te aportó el programa de Carlucho?
Iván Herrera y Luis Castro, dos grandes amigos, me dieron la mano, me proporcionaron trabajo al momento. Les estaré eternamente agradecido. También al colectivo de Univista, en especial a Carlucho que tanto me enseñó de la TV en vivo, Carlos Marrero (Pillín), José Coll, Rodney, Gustavo Ríos, en fin… a todos ¡me ayudaron mucho!
Univista me aportó todo lo que hoy conozco de este nuevo mundo de las redes sociales ¡muchas gracias!
Tu infancia fue bien movida al cambiar de escuela según trasladaban a tu mamá, directora de centros estudiantiles. ¿Influyeron estos cambios en tu carácter, te perjudicó ese viene y va o te permitió aprender más de la vida?
Te respondo breve: es la escuela de la vida, con sus pro y sus contra. Mis padres, María y Ernesto, me enseñaron a ser un hombre de bien, decente, moral. Somos guajiros humildes de Baracoa en Guantánamo. No los he hecho quedar mal.
De lo que estudiaste, Construcción Civil ¿ejerciste? ¿Llegaste a estudiar arte en algún sitio?
No me llegué a graduar, dejé los estudios a la mitad. Lo mío era actuar. Me inspiró mi profesor de teatro Esteban Ríos, quien me enseñó los primeros pasos en este maravilloso mundo. No soy graduado ni de la ENA ni del ISA.
Mira, te soy sincero, yo he hecho de todo en la vida: vendí pan con bistec, limpié baños en el Coppelita de 25 y Malecón, trabajé en una ponchera. Después de dejar mi carrera de Construcción Civil me decidí a trabajar en espacios nocturnos, por ejemplo en el Restaurante 1830, vi que era muy bien recibido y supe que, definitivamente, lo mío era actuar, era el humor.
¿Crees que el humor viene en los genes; se nace siendo humorista? ¿Nunca te ha interesado interpretar papeles dramáticos?
En mi familia hay un bailarín, Annier Navarro, mi primo del Ballet de Camagüey, que ahora vive en Arizona. Nadie más es artista. Creo que se nace así, se trae en los genes aunque no haya historia en la familia. Y no, no me gusta nada en serio, mi vida es una comedia. No interpretaría papeles dramáticos.
¿Qué recuerdas de Vivir del Cuento, eran familia, amigos, se divertían? ¿Te duele que el programa ya no sea igual?
Antes de irme de Cuba alguien fue al estudio, hicieron entrevistas y lo que dije fue: “No quisiera que Vivir del Cuento acabe”. Y sí, te respondo, los que lo hacen son una familia.
El Director Nachy es el papá, no he conocido gente más amorosa que ese hombre; el colectivo, todos, son personas con buenos sentimientos y de buen corazón.
En Cuba siempre ha habido humorismo. Desde la época del negrito, el gallego y la mulata en el Vernáculo hasta los actuales grupos como fueron y son Punto y Coma, la Leña del Humor, Pagola la Paga, Onondivepa, la Oveja Negra. Sin embargo, hoy día adolecemos de risas en la tele y la radio ¿a qué atribuyes eso? ¿influye o determina lo que puede o no puede decirse?
Es muy difícil llegar a los medios a través de la comedia pues los sensores están ahí para cortarte las alas; pero siempre hay gente con talento e inteligencia que se las arregla para caminar por encima del filo de la navaja ¡Puedo asegurártelo!
Yo estuve trabajando con el grupo Onondivepa, tengo experiencia en los Festivales Aquerrale (premios incluidos en el 2001). Me encanta el teatro humorístico. No digo no a ninguna propuesta al respecto.
En Cuba no sabemos lo que es libertad de expresión. ¿Consideras que aquí la comedia se convierte en burla al drama diario de los ciudadanos de esta Isla?
Puede haber personas que crean que sí. Mi opinión es que hacer humor con los problemas de la sociedad es una forma de denuncia que, en muchos casos, ha ayudado a resolverlos o al menos, sacarlos a la luz.
Es mucho más difícil hacer reír que llorar pero el cubano, a pesar de sus desgracias ríe. ¿Crees que en Cuba nos tomamos en serio la sátira, somos en sí una tragicomedia?
Somos los protagonistas de una película, de la cual nos mostraron un trailer diferente a lo que era en realidad.
Hemos pasado mucho. En los últimos tiempos ha sido muy duro vivir en Cuba y creo que el humor en los cubanos es lo que nos ha hecho sobrevivir así como la eterna esperanza de un mañana más próspero y feliz.
Muy pocas personas en el mundo se ríen de sus desgracias… ¡el cubano es único y lo seguirá siendo siempre! Ojalá y muy pronto pueda mi pueblo reír de verdad… ¡y no de sus desgracias precisamente!
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