Qué piensan hacer los cubanos en vacaciones: "Trabajar que la cosa está mala"

“Mi casa se me está cayendo, mi madre se me está muriendo y tengo que comprar la comida para la casa, ¿qué voy a hacer en las vacaciones? Trabajar como todos los cubanos”, contestó un habanero a preguntas de un medio independiente.

Cubanos responden a preguntas sobre sus planes de vacaciones © Captura de video YouTube / DDC
Cubanos responden a preguntas sobre sus planes de vacaciones Foto © Captura de video YouTube / DDC

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Este artículo es de hace 2 años

Los cubanos de a pie no contemplan relajarse y disfrutar de unos días de vacaciones durante el verano, porque la “cosa está mala” y la economía familiar de muchos hogares obliga a que sus adultos no se planteen otra opción que trabajar.

“Mi casa se me está cayendo, mi madre se me está muriendo y tengo que comprar la comida para la casa, ¿qué voy a hacer en las vacaciones? Trabajar como todos los cubanos”, contestó un habanero a preguntas del medio independiente Diario de Cuba.


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Un reportaje grabado en video para este medio entrevistó a varios cubanos sobre sus planes de vacaciones y la mayoría de las respuestas coincidió en señalar que “la cosa está mala” por los altos precios y la escasez generalizada, lo cual obliga a trabajar para hacer frente a los gastos diarios, desde la comida hasta la electricidad (cuando hay).

“Estoy trabajando mi hermano, que la cosa está muy mala…”, afirmó un joven al que le gustaría irse de vacaciones al balneario por excelencia de la isla, pero “dos noches en Varadero por 10 mil y ‘picante’ [y pico]… si son dos personas, 20 mil y pico… ¡Imagínate!”.

Para los padres de familia el tema se complica aún más. “Llevar a los niños a pasear”, responde una madre con su hijo a la pregunta de sus planes para las vacaciones. ¿Dónde los llevaría? “Pues no sé, a la playa, al zoológico, por ahí”, contestó.

“¿A un parque?”, se asombró otra madre repitiendo la pregunta del reportero. “Ahora un parque son 6 mil pesos, ¿a qué parque lo vas a llevar?”, se preguntó. Otra mujer a su lado confirmó que esos eran los precios y que los particulares que venden refrescos y otras golosinas para niños solo lo hacen en esos parques. “A más de 100 pesos el refresco”, añadió.

En una isla siempre quedaría el mar, pero “a la playa hay que llevarlo todo… Todo está muy caro”, acotó otra madre. “Podremos hacer muy poco [con la familia]… Está todo el mundo fuera de aquí [Cuba]”, admitió una pareja que dijo que un día en las Playas del Este les podría costar unos 3 mil pesos.

“Primero hay que buscar dinero, que la jugada está apretada”, contestó un joven, quejándose por el coste de la precaria vida que lleva la mayoría de los trabajadores cubanos.

“Las cosas están muy caras, entonces, ¿qué hago? Trabajo para cobrar y comprarle las cosas a mi familia, comprar lo que se pueda… Más ná”, sentenció otro.

“VERANO PARA TODOS es la máxima de la Unión de Jóvenes Comunistas para la etapa estival que se iniciará el 2 julio hasta el venidero 28 de agosto”, indicó recientemente el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en sus redes sociales.

La consigna de la UJC para convocar al disfrute del período estival en Cuba y su anuncio en medios oficialistas provocaron la indignación de muchos cubanos que describieron la actual situación del país como de “apagones y hambre”.

“‘Apagones y hambre’ debiera llamarse la campaña del verano”; “A Cuba ponle electricidad, que de lo contrario el verano se convierte en un infierno”; “Disfrute estival: con agua, con luz, con comida, con acceso a la información... Lo típico”, comentaron algunos usuarios en las redes sociales del citado medio oficialista.

“Verano: ¿Cuántas familias pueden pensar en ese verano? Disfrutar de playas, buenas comidas, viajar; en fin, un verano que adornan… y la realidad es un INFIERNO”, opinó otro internauta, entre los muchos que reaccionaron indignados al anuncio de la UJC.

A finales de diciembre de 2021 el gobierno de Cuba prometió que acabaría con la inflación en 2022.

Con una inflación que, en aquel entonces, se calculaba del 6,900 por ciento en el mercado informal o mercado negro, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, afirmaba convencido durante el III Pleno del Partido Comunista de Cuba: “No es fácil, pero no imposible; está en nuestras manos y lo lograremos”.

Seis meses después de sus declaraciones y a las puertas de las vacaciones de verano, muchos cubanos ya ni recuerdan lo prometido por su gobierno, angustiados por sobrevivir ante la escasez de alimentos, medicamentos y los irritantes apagones que sufren en su cotidianeidad.

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