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Una inmigrante cubana falleció durante la travesía hacia las costas de la Florida, a causa de las heridas sufridas con un artefacto mecánico de la embarcación donde viajaba, y familiares y activistas de Miami buscan ahora devolver su cadáver a Cuba.
La mujer fue identificada como Madely Gamboa Ríos, de 49 años, y murió desangrada la pasada semana en un viaje desde la playa El Morrillo, en la provincia de Artemisa. El catán de la hélice del bote le despedazó el pie y no pudo contenérsele el flujo sanguíneo antes de ser rescatada por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG).
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"Fue una muerte terrible, se desangró en el viaje", contó este miércoles a CiberCuba el activista Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia en Miami.
La Guardia Costera detuvo la embarcación de Gamboa el pasado 21 de junio a unas 11 millas de Cayo Marquesas. Junto a ella viajaban otros pasajeros, que fueron detenidos y repatriados en un operativo que trasladó 89 personas a Cuba, dos días después.
La Oficina del Médico Forense del Condado de Monroe, en Cayo Hueso, confirmó la identidad de la víctima. Los resultados de la autopsia están aún pendientes, con lo que concluye el proceso previo a la entrega del cadáver a los familiares para un eventual traslado a la isla.
Sánchez colaboró con las autoridades de Cayo Hueso para contactar a familiares de Gamboa en su natal Caimito, en Artemisa, y está respaldando a una sobrina de la víctima en Miami para tratar de que el cuerpo pueda ser repatriado, sin tener que abonar los altos costos del proceso a través de funerarias locales.
"La familia no tiene el dinero para costear los precios de la devolución del cuerpo y estamos buscando una solución", dijo Sánchez.
El precio actual de la repatriación de un cadáver desde Estados Unidos alcanza los $8,500 dólares. Sánchez ha propuesto a las autoridades estadounidenses que en el caso de los balseros fallecidos en la travesía, la Guardia Costera pueda retornar sus cuerpos si la familia lo solicita, y hacerlo como parte de las rutinarias operaciones de repatriación de inmigrantes a Cuba.
Las muertes recientes de balseros y tripulantes de embarcaciones en el Estrecho de la Florida han lanzado las alarmas de las autoridades estadounidenses y la comunidad cubana.
El mismo 21 de junio, el cuerpo sin vida de otro cubano fue recuperado en el mar por la USCG tras zozobrar su embarcación en la zona de Fort Zachary Taylor, al sur de Cayo Hueso. La víctima fue identificada como Alberto Rosell Ojeda, de 56 años, un residente de La Habana y veterano de la guerra de Angola.
Familiares de Rosell aguardaban esta semana por los resultados de una prueba de ADN para proceder a repatriar sus restos.
Otros incidentes marítimos durante salidas ilegales desde Cuba han causado, muertes y heridos por tiroteos, además de decenas de desaparecidos en las últimas semanas.
Este lunes el tripulante de una lancha rápida, con matrícula de Florida, murió en un tiroteo con efectivos de las Tropas Guardafronteras de Cuba, en aguas al norte de Bahía Honda, en Artemisa. Las autoridades cubanas dijeron que se trataba de una operación de contrabando humano.
Un hecho similar se produjo el 18 de junio, cuando una lancha intentó penetrar por la zona de Villa Clara y se produjo una balacera, con el saldo de un oficial cubano herido.
El pasado marzo un hombre murió y otras dos personas resultaron heridas tras la colisión de una lancha rápida y una embarcación de Tropas Guardafronteras en un incidente ocurrido frente a las costas de Ciego de Ávila.
"Estamos ante un éxodo que comenzó silencioso hace meses, se convirtió luego en masivo y ahora es ya una tragedia sangrienta", comentó Sánchez sobre la creciente escalada de la inmigración cubana por mar y tierra.
El imparable flujo de cubanos por vía marítima y terrestre preocupa tanto a autoridades costeras como a la jerarquía política en Washington, especialmente porque el verano es una época tradicionalmente propicia para el incremento de los viajes ilegales en el Estrecho de Florida.
Desde que se inicio el año fiscal 2022, el pasado 1 de octubre, la Guardia Costera ha capturado en alta mar a 3,016 cubanos, la mayor cifra desde 2016, cuando estaba aún en vigor la política de beneficios migratorios de pies secos/pies mojados.
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