Las sentencias contra los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel “Osorbo” Castillo provocaron un nuevo rifirrafe diplomático entre la Unión Europea (UE) y el régimen totalitario cubano, que calificó como “injerencia” la solidaridad demostrada por el bloque europeo.
"Últimas declaraciones sobre Cuba por parte de instituciones de la Unión Europea, incluidas las del vocero Peter Stano son contrarias a principios establecidos en el ADPC de igualdad, no injerencia y respeto a la soberanía de las partes", declaró este lunes el régimen de La Habana.
El mensaje, publicado vía Twitter por Emilio Lozada García, director general de Asuntos Bilaterales del ministerio cubano de Relaciones Exteriores (MINREX), insistió en recriminar a la UE por su “doble rasero” e invitó a las democracias europeas a preocuparse por las violaciones de los derechos humanos que se cometen dentro de sus fronteras.
"La UE debería abandonar su doble rasero y atender graves violaciones de Derechos Humanos que involucran a sus Estados miembros", aseveró Lozada García en la red social.
Por su parte, el mensaje de la UE que motivo la enésima acusación de “injerencia” del régimen cubano fue una publicación en Twitter del portavoz europeo, en la que Stano reiteró la preocupación del bloque europeo “tras las últimas sentencias contra Otero Alcántara, "Osorbo” Castillo y otros manifestantes del 11J en Cuba”.
Asimismo, llamó “a las autoridades cubanas a respetar todos los derechos civiles y políticos, tal como lo expresó el Alto Representante de la UE, Josep Borrell en marzo”, en su Declaración sobre los juicios y sentencias relativos a las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021.
“La Unión Europea está siguiendo con gran preocupación las sentencias dictadas en Cuba en relación con los hechos del 11 y 12 de julio de 2021. Las manifestaciones espontáneas celebradas en todo el país fueron un reflejo de las reivindicaciones legítimas de la población, pero fueron recibidas con represión, con más de 1,400 personas detenidas y 790 imputadas”, indicó la Declaración del Alto Representante, del 30 de marzo de 2022.
Según el MINREX, dichas declaraciones son contrarias a principios del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) suscrito entre ambas partes en 2016, porque incumplen los principios de “igualdad, no injerencia y respeto a la soberanía de las partes” que figuran en el texto del acuerdo.
Sin embargo, el Artículo 1 del susodicho Acuerdo establece los Principios que rigen el mismo “que se centran en la igualdad, la reciprocidad y el respeto mutuo”. Nada dice este artículo de “no injerencia y respeto a la soberanía de las partes”.
“En el marco de su cooperación, las Partes reconocen que todos los pueblos tienen el derecho a determinar libremente su sistema político y a perseguir libremente su desarrollo económico, social y cultural”, dice el punto seis del primer artículo, recayendo la acción de determinar el “sistema político” en el derecho de la libre determinación del pueblo, no de la imposición violenta de una dictadura militar de partido único.
Tampoco hace menciona Lozada García el quinto punto del primer artículo sobre el que pivotan las reclamaciones de la sociedad civil cubana y miles de activistas europeos que reclaman la activación de la llamada “cláusula democrática” para poner fin a la cooperación de la UE con el régimen de La Habana.
“El respeto y la promoción de los principios democráticos, el respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en los principales instrumentos internacionales de derechos humanos y sus protocolos facultativos que sean aplicables a la Partes, y el respeto del Estado de Derecho constituyen un elemento esencial del presente Acuerdo”, reza el quinto elemento.
En la Declaración del Alto Representante, la UE “insta a las autoridades cubanas a respetar los derechos civiles y políticos de los cubanos, incluyendo la libertad de asociación, la libertad de reunión y la libertad de expresión”.
También les instó “a poner en libertad a todos los prisioneros políticos y personas detenidas por ejercer sus libertades de reunión y expresión” y a prestar “atención a las preocupaciones de su pueblo y a que entable un diálogo significativo e integrador en torno a sus legítimas reivindicaciones”.
Frente a ello, como es habitual en la cancillería del régimen, La Habana vuelve a invocar la soberanía y a denunciar “injerencias” en sus asuntos internos. Mientras, tras las rejas de las cárceles del régimen cubano, un millar de presos políticos cumplen injustas condenas y millares de familiares sufren por el castigo infligido a los suyos que, como Otero Alcántara y Maykel Osorbo, solo cometieron el “delito” de ejercer sus derechos universalmente reconocidos.
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