A la ex primera dama Lis Cuesta le ha salido otro dictador de su corazón, y no es Miguel Díaz-Canel, que sigue siendo su “mango” a pesar de haberle retirado públicamente el título que tanta ilusión le hacía a la empleada del ministerio de Cultura.
El corazón de Cuesta, que lo mismo está en “modo estropajo” por los apagones que sufre la plebe, que se lo “pone a Cuba” para intentar salir de la crisis que agudiza el gobierno de su marido, se ha vuelto el músculo más distractor del régimen cubano.
Siendo su aurícula tan flexible y su ventrículo tan grande, el corazón de Lis alberga un nuevo “dictador”, y se trata, nada más y nada menos, que el “influencer” del régimen Paquito de Cuba, uno de los esbirritos mediáticos de la genuflexa corte del Palacio de la Revolución.
“Les presento a otro #DictadorDeMiCorazón: mi Paqui. #TeMolestarMiHumor #CubaPorLaPaz”, tuiteó este martes Cuesta con picardía, metiendo una vez más el dedo en el ojo a los cubanos que les molesta su amor, su humor y el maligno tumor que significan sus mensajes en la “conversación” de los cubanos, que en estos tiempos requiere inteligencia, empatía y gracia: cualidades que brillan por su ausencia en la propietaria del IPhone más tocacojones de la “continuidad”.
Conocido como Paquito, Francisco Rodríguez Cruz es un ferviente defensor del régimen totalitario cubano, bloguero y periodista en el periódico Trabajadores. En sus redes sociales se describe como "Periodista y activista gay, padre y militante comunista, conflictivo y contento".
“Claro que me molesta tu humor. Yo llevo días trabajando más 12 horas y cuando llego a mi casa malamente puedo dormir porque no tengo corriente. Sí, molesta tu humor, sí”, le contestó un cubano agobiado por la necesidad y los apagones.
Otro le advirtió de las consecuencias de sus mensajes provocadores. “Te estás tirando tanta basura arriba que un día el arrepentimiento no será suficiente”.
“Bro de verdad. Qué vergüenza que seas la primera dama. Apartando la política y la causa de Cuba. Eres tan tontica Lis. Respétate y no seas tan ridícula”, le aconsejó un tercero.
“¿Sabes qué, Lis? Yo te apoyo; sigue tuiteando, no hagas caso de los malos comentarios. Eres un orgullo para el gobierno, digna representante de lo que es ese colectivo. Chusma, ridícula, irrespetuosa, baja, digna de burla y más adjetivos típicos de nuestra cubanía, que me ahorraré”, le comentó una cubana con ironía.
Un joven encontró consuelo en el almanaque ante la “burla” de representantes del poder totalitario cubano. “Por suerte yo soy joven y voy a disfrutar mucho la caída de la dictadura, yo voy a ver, Lis Cuesta, tu cara si va a estar así, tan fresca, tan segura, tan risueña. Tú sabes muy bien que en Cuba mandan los militares liderados por Raúl… En ese avión ustedes no caben”.
“Es que ‘usas términos’ que ofenden al supuesto pueblo que representan. Aunque ellos sean de tu corazón, en realidad no hay ‘corazonadas’ en eso de ser dictador. Señora deje de tontear con cosas tan serias”, le aconsejó un internauta resumiendo el sentimiento de humillación y ofensa que significan los “pujos” de la esposa de Miguel y enamorada pública del avasallador mando de Paquito.
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