Cubana se queja tras pésima experiencia en hotel de Varadero: "Me sentí en un campismo"

“No tenían las toallas suficientes, el baño de una de ellas no descargaba, había que levantar la tapa de la taza para descargar. Los minibares estaban sucios, llenos de hielo, con las bebidas abiertas”, señaló al describir las habitaciones de la instalación turística.

Hotel Grand Memories Varadero © Facebook/ Aidelen Blanco Valcarcel
Hotel Grand Memories Varadero Foto © Facebook/ Aidelen Blanco Valcarcel

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Este artículo es de hace 2 años

La cubana Aidelen Blanco Valcárcel criticó este jueves las condiciones del hotel Grand Memories Varadero, que aseguró parece un campismo, y denunció haber sido estafada pues el precio no se corresponde con la calidad del servicio.

“Acabo de regresar del hotel Grand Memories Varadero, luego de pasarme mucho tiempo reuniendo el dinero para disfrutar de unas vacaciones (...), regreso hoy con la peor decepción posible”, dijo Blanco Valcárcel en una publicación que compartió en el grupo de Facebook “¡Ño! Qué Barato”.


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Explicó que la mala experiencia comenzó desde su llegada a la instalación turística, acompañada por otras 15 personas, pues los hicieron pagar un suplemento para poder entrar un poco antes de lo previsto y uno de los principales problemas que encontró fueron las habitaciones.

“No tenían las toallas suficientes, el baño de una de ellas no descargaba, había que levantar la tapa de la taza para descargar. Los minibares estaban sucios, llenos de hielo, con las bebidas abiertas, pedimos las toallas que nos faltaban pero nunca llegaron, al final personalmente tuvimos que buscarlas en el lobby”, afirmó.

Describió también los horrores de una de las piscinas del hotel que, además de tener el agua de color verde, estaba completamente inutilizada y despedía mal olor, clara señal de que llevaba mucho tiempo sin recibir una limpieza.

Facebook/ Aidelen Blanco Valcarcel

“Nos dirigimos nuevamente al lobby para hacer la reclamación y ahí no nos escapamos de las colas, aunque parezca increíble había cola para quejarse, [pues] no éramos los únicos que estábamos inconformes, ahí nos dicen que les da mucha pena, que tenemos razón pero que estaban trabajando en soluciones, que mientras usáramos la otra piscina, que valga decir que estaba verde igual, pero no en las mismas condiciones de la otra”, apuntó Blanco Valcárcel.

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Contó además que solo habían vasos desechables en el lobby y que en el resto de la instalación “picaban los pomos de agua para que los clientes pudieran tomar algún líquido”. Además, los baños no tenían jabón para manos y los dispensadores de gel antibacterial estaban vacíos.

La cliente señaló que las ofertas de comida eran escasas, que el arroz estaba sucio, sin lavar ni escoger y que incluso se encontraron cucarachas en una mesa. Añadió que cuando se quejó de esto con un trabajador del hotel, este le preguntó en tono de broma que si el insecto también traía manilla.

“Opté por callarme y tratar de disfrutar, ya que había pagado y no me iban a devolver el dinero que tanto esfuerzo cuesta reunir en este país. Si no tienen condiciones para mantenerlos, ciérrenlos, alquílenlos, hagan algo porque sinceramente estoy mejor en mi casa que en ese hotel. Me siento estafada y muy molesta porque no pudimos disfrutar nuestras vacaciones. (...) Me vendieron un hotel y me sentí en un campismo”, agregó Blanco Valcárcel.

Las malas condiciones de las instalaciones turísticas han sido cuestionadas en otras ocasiones por clientes nacionales. A inicios de julio Isa Prendes, una cubana que pasó unos días de descanso en el hotel Villa Tortuga, en Varadero, denunció la mala experiencia que vivieron ella y su familia, a pesar de ser una instalación de la cadena Gran Caribe con categoría tres estrellas, donde pagó 40,600 pesos por una estancia de tres días.

"Llegamos al hotel a las 11:00 pm o un poco más, ya sin comida, solo un Snack Bar que oferta panes con queso y con chorizo (ese día). Recibimos las dos habitaciones y nos dirigimos hacia ellas ansiosos por bañarnos después del largo viaje, para nuestra sorpresa una de las habitaciones no tenía luces y ninguna de las dos contaba con toallas”, cuestionó.

Mientras, a finales de junio la activista Yanilys Sariego relató que un guardia de seguridad le había prohibido la entrada a la tienda de alimentos del hotel Meliá Internacional en Varadero por su condición de cubana.

“Entienden por qué los cubanos tenemos que unirnos para tumbar está #dictadura. #MinisterioDeTurismo Discriminación y Apartheid como en los años 90. ¡Aquí es dónde único se puede conseguir algo de comida coño! ¡Abajo la Dictadura!”, afirmó en sus redes sociales, tras la amarga experiencia.

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