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Los bomberos cubanos tuvieron que abortar una "ofensiva de espuma" contra el incendio en la Base de supertanqueros de Matanzas, debido a un cambio de rumbo del viento, y siguen en vilo por el tercer tanque en llamas, con su estructura "chirriante" por las altas temperaturas ambiental y del propio depósito, informó a CiberCuba un jefe de compañía, que rehusó ser identificado.
"No prosperó la primera ofensiva de espuma, se canceló porque el viento cambió de rumbo, en medio de la operación; aunque pudimos echarle al tanque 52", aseguró.
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El tercer tanque incendiado está muy caliente, por el viento, el sol, el calor y sus "paredes chirrían, otra vez; y eso es muy malo y feo". Hemos incorporado más bombas y "estamos echándole agua por cantidades industriales, ¡esto parece un mar!, pero aun no baja la fiebre", describió.
La estrategia es clara, hay que enfriar el tercer tanque en llamas, pero el calor y el viento dificultan nuestro plan de agua y más agua; para lo que estamos usando técnica mexicana; así que "vamos a demorar hasta que el aire y temperatura ambiente amainen, o al menos el viento cambie de rumbo". Las actuales condiciones y la complejidad de los fuegos no nos dejan otra opción, añadió.
El tanque 52 ya no representa un peligro; aunque habrá que repararlo o sustituirlo por otro nuevo; al segundo incendiado y aun en llamas, le debe quedar un 30% de petróleo crudo; o sea, que todavía tiene "tiene material para horas de quema", detalló.
Chinos, venezolanos y mexicanos están trazando estrategias, junto al comando móvil, pero quiero que digas que "aquí estamos cubanos que sabemos lo que debemos hacer en una situación como esta; es importante, que se sepa".
Hasta el momento de publicar esta nota, el gobierno cubano no ha informado sobre la presencia de expertos chinos en las labores de extinción del incendio en la Base de supertanqueros de Matanzas, donde los mexicanos fueron recibidos con una acto político y si dio cuenta de la llegada de especialistas de Venezuela.
También debes aclarar que "ningún jefe de compañía o de comando manda a morir a nadie. ¡A nadie! Un jefe de compañía es un padre, un hermano, un amigo, que cuidamos a nuestra gente y jamás la abandonamos; errores podemos cometer todos, pero ninguno de nosotros emprende y ordena acciones que pongan en peligro a nuestros hombres", enfatizó.
En esta profesión si no tienes amor por esto, renuncia ya. Todo es un peligro, todo y, "en cualquier momento te puedes accidentar o morir achicharrado", pero estamos curados de espanto. "Somos humanos y también nos da miedo. Nadie se quiere morir", pero somos respetuosos de los protocolos de actuación y sabemos cuáles son los límites, subrayó sin querer referirse a sus compañeros reportados como desaparecidos; "más adelante", suplicó.
Entramos, atacamos el fuego y salimos y; si la cosa se pone muy fea, ordeno salir a mis hombres porque "el fuego mata, aunque parezca que estamos acostumbrados a vivir con ese peligro", concluyó.
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