Un mal rayo evidenció las carencias financieras y técnicas de la Base de supertanqueros de Matanzas, mantiene en vilo y más oscurecida aun a Cuba, desde el viernes, y ridiculizó al gobierno; por irresponsable y poco veraz, coinciden en afirmar expertos, bomberos, trabajadores y ciudadanos consultados por CiberCuba.
La terminal de Matanzas, de la empresa Unión Cuba Petróleo (CUPET), es el principal puerto energético del país y uno de los más importantes del Caribe insular, con tres muelles de aguas profundas, numerados del 1 al 3, y capacidad para 150,000 toneladas de carga útil, 70,000 y 40,000, respectivamente.
La bancarrota económica y una errónea política de inversiones, que ha privilegiado el turismo sobre la producción de alimentos, generación de electricidad, sistemas de agua potable y conservación y mantenimiento de industrias y viviendas ha contribuido al siniestro en Matanzas, como recordó un ex vicepresidente del Consejo de Ministros, molesto por la "negativa práctica" del consorcio militar-empresarial Gaesa de "no rendir cuentas al partido (comunista)".
Habitualmente, el gobierno esgrime el embargo comercial de Estados Unidos, recrudecido por la administración de Donald Trump, como causa principal de la desgracia de Cuba; sin aludir a sus errores en la política de inversión y su falta de previsión en objetivos vitales de la economía, como son los casos de la base siniestrada y las termoeléctricas, apuntaron las fuentes.
La intensidad del rayo superó la capacidad de absorción del sistema que debía proteger a los depósitos siniestrados, afirmó un un funcionario de la Unión Eléctrica (UNE),pero los expertos ponen en duda la versión oficial porque la Base de supertanqueros matancera se dotó, en origen, con pararrayos Punta Franklin, de autoválvula o condensación y con apartarrayos.
Básicamente, el pararrayos posibilita un camino al rayo para evitar una sobretensión en la estructura eléctrica, y el apartarrayos se activa cuando ocurre una sobrecarga, como consecuencia de una descarga atmosférica, drenado a tierra del sobrevoltaje; explican.
Los pararrayos de autoválvula se diferencian de los habituales porque operan dentro de la estructura eléctrica de una industria o edificios, absorbiendo las sobretensiones que provocan los rayos eléctricos. Un sistema de protección, como el instalado en la Base de supertanqueros de Matanzas debe proteger externa e internamente a la instalación, pero falló el fatídico viernes 5 de agosto.
El mal funcionamiento o instalación errónea de un Sistema de puesta a tierra, la falta de mantenimientos y de pruebas periódicas pueden ocasionar una catástrofe causando pérdidas humanas y materiales, advierten los ingenieros consultados, que califican al pararrayos Punta Franklin como el "método más efectivo" por su aterramiento a través de conductores de cobre, especialmente diseñados para soportar descargas eléctricas de gran magnitud.
Bajo tierra, el sistema está dotado de bases, conformadas por una combinación de cobre y carbón; entre otros elementos, que facilita la absorción y neutralización de la descarga eléctrica, por potente que sea, subrayan.
El pararrayos fue un invento de Benjamín Franklin (1706-1790), político y científico estadounidense especializado en el estudio de la energía eléctrica.
Pero, si el sistema integral de pararrayos falló, por causas que el gobierno deberá explicar, tampoco entraron en funcionamiento los sistemas antiincendios de los propios tanques, apunta un ex oficial del Ministerio del Interior, jubilado del Cuerpo de Bomberos de Cuba, convencido que la construcción de depósitos de hidrocarburos en la base matancera; se rigieron por normas que establecen y regulan el tipo de material a utilizar y vida útil, dependiendo la volatilidad del producto a almacenar.
Jefes y expertos bomberos cubanos viajaron a Francia, en los años 80 del siglo pasado, para participar en la discusión y afinamiento del proyecto de la Base de supertanqueros de Matanzas, que sufre un incendio de grandes proporciones en la zona de ocho tanques de 50 mil toneledas cada uno, de los que tres aun arden y otro quedó destruido.
Algunos irresponsables no chequearon periódicamente el funcionamiento de las bocas contra incendios de los tanques incendiados ni tampoco lo hicieron con las bombas encargadas de sacar directamente agua desde el mar a la base, aseguró el bombero jubilado; circunstancia parcialmente confirmada por el gobierno matancero este lunes, asegurando, en un confuso comunicado, que se había logrado estabilizar la presión del agua.
Otro factor a evaluar, apuntan los expertos, son posibles daños, a la estructura de los depósitos siniestrados, por corrosión, atendiendo a que llevan, más de 30 años, a la intemperie y junto al mar, El desgaste o fatiga de los materiales y demás elementos, aumentan los riesgos de incendios por descargas eléctricas en tanques de combustibles, aseguran.
Normalmente, las descargas por rayos son ramificadas y el área afectada no se limita a un solo punto; por ello son muy importantes una correcta instalación y ejecución de los trabajos y el diseño y cumplimiento de un plan de mantenimiento y evaluación periódica de los valores de resistencia de los conductores y de las condiciones de resistencia del terreno en la Base de supertanqueros, evitando arcos eléctricos que conduzcan a elevar el punto de ignición del combustible, sostienen.
"También hay válvulas que, en caso de incendio, deben reducir la presión del combustible; pero aun no sabemos si fueron activadas y cómo funcionaron", afirmaron, recordando que un depósito de hidrocarburos debe alcanzar, como mínimo, 200 grados Celsius para que arda; y están ardiendo tres, al momento de redactar esta nota.
Cuando esto pase, el gobierno debería explicar a la población, "cómo un solo un rayo ha dañado gravemente a la Base de supertanqueros; con información veraz y objetiva, porque los fuegos no se apagan con consignas", concluyen los cubanos consultados, extrañados por la "cobertura favorable al gobierno y de bajo perfil" que la cadena chavista Telesur concede al voraz incendio; y con la certeza que "el fuego solo se apagará, cuando se consuma el combustible restante, porque se han quedado sin opciones frente a las llamas".
Criterio que coincide -parcialmente- con el del experto ruso Alexander Gofstei, convencido que el fuego se extinguirá cuando no quede nada por arder, en declaraciones a Sputnik.
Lo más probable es que ya no sea posible extinguir las llamas, por ser un incendio de grandes proporciones y larga duración porque "no funcionó lo que debía funcionar", subrayó Gofstei, para quien ninguno de los métodos de extinción disponibles son eficaces ante un fuego tan potente, que provoca una columna de aire muy caliente, invalidando el uso de medios aéreos que, si descienden mucho, se quemarán,
El humo y el viento reducen al mínimo la precisión del vertido de agentes químicos desde un avión, y tales llamas es imposibles sofocarlas con agua, debiendo emplearse espumas contraincendios, agentes químicos y gas carbónico; pero son muy caros y resulta "poco probable" que Cuba haya tenido las cantidades requeridas en la Base de supertanqueros.
El gobierno cubano ha informado de donaciones de productos y medios de extinción de incendio de México y Venezuela, pero sin precisar características y cantidades.
El hecho de que el fuego se haya propagado de un tanque a otros, demuestra que había "defectos" en la estructura misma de la base o mal funcionamiento de sus sistemas, subrayó.
En una base de petróleo como la siniestrada, deben cumplirse determinados estándares, en particular, respetar una distancia mínima entre depósitos, con un vallado que prevenga el derrame del combustible y acondicionar las vías de acceso para los equipos de bomberos y montar los llamados "tubos secos"; destinados para enfriar los tanques, en caso de producirse un incendio, sin hablar ya de garantizar una segura protección contra los rayos, concluyó Gofstei, exjefe del Centro ruso de preparación de rescatistas; reconocido como Emérito por el gobierno de Moscú.
Otro ejemplo del mal estado de las instalaciones, fue el frustrado intento del gobierno de traspasar parte del petróleo almacenado, desde Matanzas a Cienfuegos, a través del oleoducto "Amistad", de 189 kilómetros de largo; pèro una rotura en una estación de rebombeo, a la altura de Jagüey Grande, abortó la operación.
Desde el inicio de la tragedia, la cifra de víctimas se eleva a un fallecido, 15 desaparecidos y 132 heridos; según datos oficiales, a falta de determinar cuántos de los siete lesionados, incluidos asesores extranjeros, permanecerán hospitalizados. Hasta este lunes, 24 cubanos permanecían ingresados, con diferentes estados de gravedad. El gobierno cubano sigue sin informar sobre el incendio declarado en los depósitos de combustible de los 16 grupos electrógenos de la Base de supertanqueros.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: